"Gracias, bigotón"
Como en los cuentos de hadas, Bolivia, la cenicienta del fútbol latinoamericano, logró clasificarse para el Mundial de la mano de su príncipe, el español Xabier Azkargorta. El triunfo desbordó la alegría del pueblo boliviano. Miles de personas bailaron en las callas hasta el alba y saludaron el triunfo con la explosión de petardos, bocinazos y pitos."Gracias, bigotón", "Gracias, Javier", fueron los gritos, roncos por la emoción y el llanto, más comunes de los aficionados en las calles de las ciudades y en los pueblos de los valles del altiplano. Las plazas de armas de la ciudad de Cochabamba y Santa Cruz, y el céntrico Paseo de El Prado de La Paz, se convirtieron en los puntos de masivas reuniones de jóvenes y ancianos.
Las caravanas de vehículos que recorrieron todas las calles con bocinas y agitar de banderas convergieron en el aeropuerto de El Alto a la media noche para recibir como héroes a sus jugadores. Un ex combatiente de la guerra del Chaco recibió a los futbolistas "como ganadores de una guerra".
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