Chanchullos para multiplicar el precio de las telas
La querella de la fiscalía madrileña detalla los chanchullos presuntamente cometidos por los directivos del organismo autónomo Trabajos Penitenciarios. Así, los tejemanejes supuestamente empleados en el suministro textil a la cárcel de Ávila son tan enrevesados como potencialmente lucrativos. Facturando a través de las empresas interpuestas conseguían variar "artificialmente" al alza "los precios de las telas". Un metro de tela que realmente costaba "entre 188 y 193 pesetas" era adquirido después por Trabajos Penitenciarios "a 440 pesetas", después de ser canalizado el pedido las empresas de los implicados.Otro ejemplo: el convenio que suscribió el organismo con el Inem, que permitía a los presos fabricar el material de imprenta que necesita el instituto, se lo saltaron a la torera. Durante 1991-1992, tales trabajos fueron canalizados a través de Cajara, "traicionando el fin del convenio".
. Llama la atención de la fiscalía "la multiplicación de precios" que se produjo en una partida de muebles para la prisión madrileña de Navalcarnero. El proveedor de este menaje fue la firma Sistemas Industriales España, que canalizó el pedido a través de Sagramóbel, la cual adquirió cada armario a 5.000 pesetas. Sin embargo, Sagramóbel los vendió después a Trabajos Penitenciarios a 21.428 pesetas. Unas papeleras acabaron valiendo 3.378 pesetas cada una, aunque el proveedor original cobró 650 pesetas.
Todos los querellados adquirieron [para Trabajos Penitencios] a la empresa Sodecal 27 millones de pesetas en calzado, sin destino alguno y a más del doble de su valor.
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