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Anguita pide a González que cambie de política si o quiere hablar de pactos

Enric Company

El líder de Izquierda Unida, Julio Anguita, asistió ayer a su primer mitin desde que hace cuatro meses -el 28 de mayo- un infarto de miocardio le apartó de la campaña electoral. Lo hizo en Barcelona, la misma ciudad donde le fulminó el ataque, en la Festa de Treball, organizada por Iniciativa per Catalunya (IC). Y lo hizo retornando el hilo en el mismo sitio donde lo dejó: "La crisis en España tiene un responsable: Felipe González Márquez y la política económica que aplica desde hace 10 años. Que cambie la política y entonces se podrá hablar de pactos", sentenció. Al mismo tiempo, el máximo dirigente de IU advirtió que su formación no va a atender las llamadas a intervenir en la crisis del PSOE.

Los 2.000 asistentes al acto recibieron a Anguita con una gran ovación e le interrumpieron tantas veces como aludió a sindicatos y trabajadores. También fue muy aplaudida la reivindicación de que el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, no "es la voz de toda Cataluña", sino de una parte, la identificada con el nacionalismo conservador. Pidió que, fuera de Cataluña, tanto los ciudadanos como los medios de comunicación "no confundan la parte con el todo" y no identifiquen a Pujol como expresión de todo el pueblo catalan. "Porque la Cataluña de los trabajadores, como los que estáis aquí, también- existe", dijo.Estas alusiones fueron realizadas a propósito de la polémica sobre la cesión del 15% del IRPF a las comunidades autónomas. Anguita advirtió que en este debate existe el riesgo de deslizarse hacia enfrentamientos entre regiones. Criticó "las alusiones con ribetes fascistas" que hablan de superioridades de unos sobre otros lanzadas al calor de esta polémica y dijo que la izquierda debe estar atenta a no caer en estos planteamientos. "El enfrentamiento es entre clases", clamó entre aplausos, "no entre culturas, idiomas, comunidades autónomas, pueblos".

Esta polémica es consecuencia, dijo, de que el Gobierno de Felipe González no aborda el problema de fondo, que "es una problema de 500 años, y no es otro el problema del Estado español Que se discuta de una vez el problema del diseño del Estado español, Constitución en mano, para que emane de una vez de la sociedad español y de sus pueblos, aunque ello lleve a una reforma constitucional que lo acerque al Estado federal", añadió.Al borde de la quiebraLa receta lanzada por Anguita para combatir la crisis económica y el paro fue la de la solidaridad. "Hay que repartir el trabajo" dijo. Admitió que las fórmulas aplicadas en los países comunistas han fracasado, pero agregó inmediatamente que "los dogmas del liberalismo" también. Advirtió enérgicamente que el Estado "está al borde de la quiebra", y exigió que González reconozca el fracaso de su política económica y, dijo, "luego se podrá negociar". También advirtió que las apelaciones a la competitividad a las que tanto recurre el Gobierno son una trampa para convencer a los trabajadores de que tienen que resignarse a perder los beneficios del Estado de bienestar.

Anguita llamó a los trabajadores a la movilización. "A la calle, a la calle; en la calle se origina la alternativa", proclamó, y concluyó rechazando las llamadas a intervenir en las crisis del PSOE: "IU no va a participar en guerras de otros partidos". Asimismo, en velada alusión a Alfonso Guerra, dijo: "Los grillos que canten a la luna. Nosotros, a trabajar".

El discurso de Anguita tuvo un acompañamiento más matizado en el del presidente de IC, Rafael Ribó. Éste se manifestó partidario de un acuerdo social para crear empleo y recordó que con la actual composición del Congreso de los Diputados es posible formar una mayoría de izquierdas alternativa al pacto del PSOE con los nacionalistas de CiU y el PNV. Julio Anguita reclamó que González convoque las mesas de negociación entre los grupos parlamentarios del PSOE e IU-IC que se acordaron en La Moncloa y dijo "una política progresista podría visualizarse" si los presupuestos ponen el acento en la inversión y recortan los gastos superfluos en vez de los gastos sociales.

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