Fracasa la petición presidencial para la 'autodepuración' en Guatemala
El llamamiento del presidente guatemalteco, Ramiro de León Carpio, a los miembros del Congreso y de la Corte Suprema, dos organismos desacreditados por la corrupción, para que abandonen voluntariamente sus puestos en el marco de la actual lucha para limpiar la Administración ha fracasado. Sólo cuatro de los 116 diputados habían renunciado a sus escaños ayer, mientras los magistrados habían ignorado también la exigencia del jefe de Estado.
El embrollo jurídico provocado por el enfrentamiento entre los tres poderes del Estado es por el momento total. No existe ninguna fórmula legal para obligar a los parlamentarios a dejar sus escaños, y los propios diputados están divididos respecto de la actitud que seguir. Algunos partidos, los menos afectados por la corrupción, preconizan una depuración selectiva del Congreso, que incluiría sólo a los diputados más cuestionados. Otros partidos, sin embargo, más tocados como la Democracia Cristiana exigen una renuncia colectiva del conjunto de los actuales parlamentarios.
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