Los franceses pagarán 391.000 millones de pesetas menos en el impuesto sobre la renta
Los franceses pagarán menos al Estado en concepto de impuesto sobre la renta, según confirmó ayer su primer ministro, Édouard Balladur. En una conferencia de prensa que marcó el comienzo de la rentrée política y económica, Balladur indicó que la aligeración del impuesto sobre la renta supondrá que el Estado francés dejará de recaudar el año próximo por este concepto 17.000 millones de francos (391.000 millones de pesetas). Balladur, que hoy se entrevista en Bonn con el canciller alemán, Helmut Kohl, propuso la idea de un programa europeo de reactivación económica
La Bolsa de París reaccionó a las declaraciones de Balladur con un alza del 1,79% y el franco se apreció frente al marco. Los especialistas coincidían en que la disminución de la presión fiscal directa sólo puede ser beneficiosa para la recuperación de la actividad económica. Por el momento, el mero anuncio de esa relajación ha fa vorecido la popularidad del primer ministro. Una encuesta difundida ayer afirma que el 64% de los franceses se declaran satisfechos con Balladur.El Estado francés venía recaudando en concepto de impuesto sobre la renta un total de 307.000 millones de francos, lo que representa el 25,2% de sus ingresos fiscales. La reforma del impuesto sobre la renta propuesta por Balladur se basa en una simplificación de los baremos y debe favorecer esencialmente a las clases medias. No obstante, esa reducción de la presión fiscal directa sigue a un importante aumento de los impuestos indirectos, en particular en combustibles, cigarrillos y bebidas alcohólicas, y también a recortes en las prestaciones sociales.
El objetivo del déficit
Balladur reiteró que su gran objetivo es reducir el déficit presupuestario, que en 1994 no deberá superar los 300.000 millones de francos. Ello se conseguirá en gran medida gracias a un aumento de los gastos públicos inferior al 1,1%. Los sectores prioritarios serán la formación, la acción social, la defensa y la justicia.En vísperas de su viaje a Bonn, Balladur reafirmó su voluntad de conseguir que la segunda fase de la Unión Económica y Monetaria comience el 1 de enero de 1994, como está previsto. A propósito de las de claraciones del canciller Kohl sobre un posible retraso de la fase final de este proceso, Balladur dijo: "Como soy realista, me contento con decir que no tenemos por qué predecir lo que ocurrirá de aquí a cuatro o seis años. Lo importante es trabajar para que ello pueda ocurrir poniendo en pie un programa de convergencia económica que nos permita recuperar a todos el camino del crecimiento". Ese programa, precisó, puede ser discutido por el Consejo Europeo extraordinario que desea el canciller alemán.
El primer ministro francés añadió: "No debemos intentar volver a marchas forzadas a la banda estrecha del Sistema Monetario Europeo". "Rechazo cualquier cambio de mi política económica y social", dijo Balladur en alusión a los miembros de la actual mayoría de centro derecha- que desean más flexibilidad en materia monetaria y presupuestaria. Para Balladur, cualquier desviación de la ortodoxia puede conducir al relanzamiento de la inflación. En su opinión, sólo la política de rigor puede permitir que continúe la baja progresiva de los tipos de interés.
Dificultades en el GATT
A propósito de las negociaciones del GATT, afirmó que "las concesiones deben ser mutuas" y que "no puede fundarse la libertad de comercio internacional en una situación injusta para una de las partes". Confirmó que éste será uno de los grandes temas de la reunión que hoy celebrará en Bonn con Kohl, y reiteró su oposición al preacuerdo agrícola de Blair House firmado en noviembre de 1992 por Estados Unidos y la Comisión Europea. "Nosotros", dijo, "también sabemos defender nuestros intereses legítimos. No podemos estar satisfechos con un preacuerdo que pide a Europa producir menos, exportar menos e importar más. No es equitativo".Balladur reconoció que existen tres temas en los que las posiciones de Bonn y París no son coincidentes: los problemas económicos y monetarios, el GATT y el conflicto en la desaparecida Yugoslavia.
El primer ministro francés cifró como objetivos esenciales de su acción el apoyo a la actividad y el empleo, la lucha contra los déficit públicos y sociales y el rechazo del proteccionismo. Recordó que se ha fijado un horizonte de trabajo de cinco años, pese a que Francia celebrará en 1995 la decisiva elección presidencial. "La recuperación de Francia", dijo, "no puede hacerse en un plazo de tiempo más corto".
La situación económica y social de Francia es, según Balladur, "muy difícil". "Me niego a presentar a los franceses un cuadro que maquille la verdad y también me niego a asegurarles que tenemos recetas milagrosas", dijo. Añadió que la reunión de los interlocutores sociales y varios ministros que él presidirá en el Hotel Matignon el próximo 6 de septiembre estará consagrada a la ley quinquenal sobre el empleo propuesta por el primer ministro. "La reunión será la expresión de nuestra voluntad de informarnos de las reacciones y las propuestas de los interlocutores sociales. Necesitamos interlocutores sólidos. No pretendemos forzar su aprobación".
[Al conocer el plan Balladur, el presidente del PP, José María Aznar, pidió al Gobierno español que imite esa decisión y dijo: "Eso ya lo propuse aquí en la campaña electoral, pero sólo me hicieron caso ocho millones", según Efe].
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