El Gobierno convoca a Jordi Pujol a negociar tras su ultimátum
El Gobierno reiteró ayer su disposición a negociar la política económica y autonómica con Convergéncia i Unió (CiU), pese al tono agrio de las recientes declaraciones del presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, quien llegó a lanzarle un ultimátum. "Hay unos cauces de comunicación y diálogo [con CIU] que el Gobierno se propone intensificar y reforzar en las próximas semanas para asegurar la estabilidad parlamentaria y despejar las incertidumbres del horizonte económico", dijo un portavoz del Ejecutivo.
El presidente catalán se entrevistará hoy con el delegado del Gobierno en Cataluña, Miquel Solans. Precisamente, la falta de información del Gobierno a la Generalitat sobre el riesgo de atentados ha sido uno de los motivos de la irritación de Pujol.El Gobierno no quiso ayer entrar al trapo de las declaraciones del líder de CiU para no enrarecer el clima de las próximas negociaciones. Los portavoces oficiales evitaron manifestar su opinión al respecto y la ministra de Cultura, Carmen Alborch, llegó incluso a calificar de "interesantes y respetables" las críticas de Pujol. No obstante, Alborch puntualizó: "No es de su competencia opinar o decidir si Felipe González debe comparecer en público para explicar la situación del país".
La advertencia de que el Grupo Parlamentario Catalán votará en contra del Gobierno si éste no cambia en las próximas semanas su política económica y autonómica -realizada por Pujol en una entrevista publicada el domingo en La Vanguardia- fue considerada "muy preocupante" por el portavoz del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC), Jaume Sobrequés. Las declaraciones de Pujol "suponen una amenaza de romper el diálogo en un momento de crisis en que es necesario el entendimiento y el consenso", agregó Sobrequés, tras una reunión de la Comisión Ejecutiva del PSC.
Por su parte, el presidente de Castilla-La Mancha, el socialista José Bono, dijo que "Felipe González está más preocupado por el bienestar de los españoles que por los ultimátums del señor Pujol". Bono se mostró sorprendido de que lance este tipo de advertencias "quien no está en el Gobierno porque no ha querido", en alusión a la negativa de CiU a gobernar con el PSOE.
Satisfacción del PP
Paradógicamente, el plazo dado por Pujol para cambiar de política -"sólo tienen semanas para hacerlo", dijo- coincide con el que se ha fijado el Gobierno para alcanzar un acuerdo con nacionalistas catalanes y vascos. Según fuentes de La Moncloa, a partir del 3 de septiembre, una vez que las líneas generales de los presupuestos queden diseñadas en los dos próximos consejos de ministros, se iniciarán las negociaciones con CiU y PNV.El propósito gubernamental es lograr un consenso sobre el presupuesto del Estado para 1994 en tomo al día 20, ya que el proyecto de ley debe remitirse a las Cortes antes del 1 de octubre.
La negociación del presupuesto, instrumento esencial de la política económica, correrá paralela con la discusión del espinoso asunto de la corresponsabilidad fiscal y la transferencia del 15% del IRPF, ya que está previsto que se reúna en octubre el Consejo de Política Fiscal y Financiera, donde están representandas las comunidades autónomas, para acordar este tema.
El ultimátum de Pujol fue recibido con regocijo por el vicesecretario general del PP, Javier Arenas. Tras mostrarse satisfecho "de que el señor Pujol coincida con nosotros en el diagnóstico del comportamiento del Gobierno, en el análisis de la situación económica y de las políticas que son necesarias para salir de la crisis", Arenas recordó que CiU "ha sido corresponsable de decisiones equivocadas de González", por haberle apoyado en el Parlamento.
Antonio Romero, de IU, calificó el ultimátum de "fuegos artificiales" y agregó que "Pujol debe elegir si está en misa o repicando, porque no se sabe su apoya al Gobierno o no". La diputada de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Pilar Rahola, dijo que "Pujol amenaza, pero al final siempre acaba retirándose".
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