Paolo Cirino Pomicino,
ex ministro democristiano uno de los personajes políticos más poderosos de Italia y más implicados en la corrupción, especialmente en la zona de Nápoles, ha sido apercibido por no pagar un recibo de 40.000 pesetas de agua.Cirino Pomicino, al que la compra de votos, las comisiones ilegales cobradas por obras de los Mundiales de fútbol de 1990 y las mordidas millonarias que se embolsó por la privatización del patrimonio municipal de la capital partenopea han dado, entre otras cosas, un grandioso piso que mira al golfo de Nápoles, parece considerar que el agua potable es algo que el contribuyente le debe.
El Ayuntamiento de Roccaraso, donde el ex ministro se ha bebido las 40.000 pesetas, y que está poniendo en práctica la caza a los morosos porque tiene deudas acumuladas por más de 45 millones de pesetas, le ha dado 10 días para satisfacer la cantidad, que debe desde 1989. "Es un usuario como los otros y no tiene derechos ni deberes diferentes", ha dicho el alcalde, Mario Liberatore, quien, pese a ser también democristiano, aún no se ha dado cuenta de que Cirino Pomicino es todo menos un usuario como los otros.
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