El rey del esmoquin sale del hoyo
Un empresario neoyorquino vivió 12 días enterrado en un agujero
El avión en el que pensaban escapar con tres millones de dólares los secuestradores del rey norteamericano del esmoquin fue finalmente cancelado debido a una tormenta tropical. El fuerte viento que soplaba sobre su nativa República Dominicana traicionó los planes de huida de los hermanos Fermín y Antonio Rodríguez, que fueron detenidos por la policía y acusados del secuestro de su jefe, Harvey Weinstein. Mientras los sueños de grandeza de los emigrantes se desvanecían, la policía emprendía el rescate del hombre que vivió enterrado en un agujero durante 12 días."Estoy aquí, estoy aquí gritó con voz trémula Weinstein cuando escuchó a los agentes caminando por encima de la trampilla del agujero que los secuestradores cavaron al borde de la cuneta de la autopista que bordea el oeste de la ciudad de Nueva York. En el hoyo quedaron los restos de la fruta y el zumo con los que se alimentó y la botella de agua Evian que le sirvió como retrete. Con el hallazgo del agujero de barro de 1,20 metros de ancho y 2,20 de alto en el que fue enterrado el empresario de 68 años, la policía concluía una investigación en la que han participado 100 agentes, personal de Naciones Unidas y del servicio de Guardacostas.
La primera pista válida surgió cuando uno de los presuntos secuestradores telefoneó a la familia del empresario y se refirió a él como mister Harvey, el nombre con el que se dirigían a su jefe los trabajadores de la fábrica de esmóquines Lord West. Posteriormente, la policía contactó con traductores de Naciones Unidas para tratar de averiguar el idioma que, además del inglés, a veces empleaba una de las autoras de las llamadas de amenaza. Un especialista en sonidos fue contratado para identificar el ruido de fondo que se escuchaba tras las voces de los secuestradores: las ondas podían proceder de una autopista o de una bomba de drenaje.
Finalmente fue una antigua estrategia policial la que llevó a la policía hasta los secuestradores. Los agentes hicieron que la hija y el sobrino de Weinstein jugaran los papeles de policía bueno y policía malo, y consiguieron confundir a los secuestradores. Tras varias entregas fallidas de dinero, la policía siguió al hombre que acudió a un parque de la ciudad a recoger tres millones de dólares en una bolsa de plástico. Era Fermín Rodríguez, de 39 años, encargado de coser los cuellos a las chaquetas, el mismo que recibió con aparente sorpresa la noticia del secuestro de su jefe. Su mujer, una ayudante de maestra y madre de sus dos hijos de 14 y 9 años, ha dicho que, en cierta manera, se encuentra aliviada de que su marido haya sido detenido: "De un año para acá se volvió muy raro y me pegaba delante de los niños", explicó. La supuesta novia de Fermín, Aurelina Leonor, fue detenida ayer y acusada de ser la autora de las llamadas solicitando el dinero del rescate.
Mientras el futuro se pinta con rejas para los Rodríguez y Aurelina, Weinstein ha salido finalmente del agujero para contarle al mundo, lo bello que es vivir. La oscuridad y el miedo de 12 días han vuelto del revés su lista de prioridades. "Le he dicho a mi secretaria que la próxima vez que me enfade me enseñe la fotografía del momento en el que fui liberado", declaró ayer el empresario.
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