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San Cayetano el aguafiestas

La lluvia deslució las primeras verbenas de Centro, que hoy entran en su 'semana grande'

Sólo los más fieles amigos de las fiestas castizas acudieron, el jueves pasado, a estrenar las verbenas de la calle de Mesón de Paredes. El tiempo no estaba a favor de san Cayetano, que inaugura los tradicionales festejos del distrito de Centro de Madrid. El primer baile fue suspendido por la lluvia. Y también llovió en el parque de Cabestreros al día siguiente, viernes. El pasado domingo le llegó el turno a otro santo, san Lorenzo, patrón de Lavapiés, y el centro de las alegrías se trasladó, con bastante mejor tiempo, hacia la calle de Argumosa. A partir de hoy comienzan los festejos más renombrados, los de la Virgen de la Paloma, que cierran el ciclo de chotis y pasodobles en el distrito de Centro.¿Dónde están las madrileñas de ahora?", preguntaba un cuarentón al paso de la procesión de San Cayetano, el pasado sábado. Casi todas las mujeres ataviadas con traje castizo superaban la cincuentena. Las calles del Oso y de San Cayetano se han engalanado como cada año con adornos de fiesta: guirnaldas, banderas y mantones de Manila. Con el cortejo del santo, dos centenares de vecinos se desperdigaron por el barrio vestidos de chulapos.

El jubilado Esteban Carmona González era uno de ellos. Con los demás miembros de la peña Los Castizos, encabezaba la procesión. A su lado marchaba su sobrina veinteañera, envuelta en un mantón de Manlla color celeste. "Es una herencia de la familla y tiene más de 200 años", explicaba Esteban Carmona, orgulloso. Nació en el barrio de Embajadores y aún vive allí, a pocos metros de la plaza de Cabestreros. En 1989, Esteban se presentó por primera vez en la tradicional elección de Don Hilarión. Pero sólo fue designado al año siguiente. Las fiestas de San Cayetano, San Lorenzo y La Paloma comienzan siempre con la votación de los personajes tradicionales de La verbena de la Paloma.

En esta edición de las 5estas, Esteban se ha quedado el segundo de la lista. Decepcionado, muestra un bigote y unas patillas dignas de Don Hilarión, mientras asegura que su competidor luce unos vistosos postizos. "Además, han elegido a dos chicas morenas como Casta y Susana, y la Susana debe ser una rubia", puntualiza.

Limonada y marroquíes

"¡Hay limonada!". En la calle del Oso se formó una cola en los portales 11 y 12, donde también se distribuía limonada. Mientras bebían, sonaba todo tipo de música: flamenco, chotis, pasadobles, pop... Eran las únicas casas con fachadas engaladas en todo el barrio. Sus inquilinos ya han ganado premios en tres ocasiones.A la puerta de su establecimiento, Gallinejas Julita, en la calle de Mesón de Paredes, Manuel Ávila Fernández se divertía con su hijo y algunos amigos . El calderón con limonada casera ya estaba vacío a las diez en la noche. En su pequeño restaurante, Manuel sólo sirve dos platos típicos madrileños: gallinejas y entresijos. Lo compró hace siete años con el dinero que ganó durante los 15 años que trabajó en Alemania. Como Esteban -el de las patillas-, nació en Lavapiés.

Los nuevos habitantes del barrio -gitanos, marroquíes y cameruneses- se quedan al margen de las fiestas. Para algunos de los vecinos tradicionales, los recién llegados no son bien vistos. "Son la pena de nuestro barrio", dice Esteban Carmona, quien los asocia con la droga y la delincuencia.

A partir del domingo le llegó el turno a otro santo, san Lorenzo, patrón de Lavapiés, y el centro de las fiestas se trasladó a las cercanías de la plaza del mismo nombre. Allí, el ambiente era más de feria, y el público, menos castizo pero más j oven. La calle de Argumosa ha sido el centro de la fiesta de San Lorenzo. La gente escuchaba atentamente al locutor que cantaba los números del bingo, mientras al lado se vendían berenjenas embuchadas.

Calle arriba, la Agrupación Recreativa Argumosa ofrecía en su chiringuito cerveza, berenjenas y, por supuesto, limoná. Todo comenzó con la elección de chulapos infantiles. Erika Ruth Bravo, de siete años, ya estaba cansada de tanto esperar en el escenario. "Esto está muy desorganizado", explicaba su madre, Sonia, de 32 años. "Yo he ganado la elección de Maja de Lavapiés, de adultos, y quiero que ella gane también".

No tuvieron suerte: un jurado espontáneo eligió a Izaskun, de tres años, y Alejandro, de cinco Y también a Noemí, de 12. Su madre estaba muy orgullosa: "Regresamos de vacaciones el lunes, porque no podemos faltar en las fiestas, pero el día 16 nos iremos otra vez. Somos madrileños de quinta generación y llevamos las fiestas en el corazón", se ufanaba.

Desde hoy le toca el turno festivo a la Virgen de la Paloma. Hasta el próximo domingo se baila todas las noches el chotis y el pasodoble en la plaza de la Paja, la calle de La Paloma o la plaza de las Vistillas.

Están previstos numerosos concursos, de índole variada: de tortilla de patata, de trajes' típicos, de piropos y hasta de guapa con gafas.

Antes de la última traca, los bomberos del Ayuntamiento pasearán en andas a la que es su patrona y se descolgarán desde la Puerta de Toledo.

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