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El adios a Balduino vuelve a unir a los belgas, divididos por querellas lingüisticas

Lluís Bassets

Una avalancha humana desbordó ayer todas las previsiones del protocolo de la casa real belga, a las pocas horas de la apertura de la capilla ardiente del rey Baldulno, fallecido el sábado en Motril a los 62 años. ¿Es la despedida del último belga, como se calificó a Baldulno, y el episodio postrero de la historia de Bélgica como país o el primer acto de una recuperación nacional y un gesto de unidad? Esta es la cuestión políticamente más relevante de los fastos moderados y discretos de estos (lías, muy acordes con el espíritu del monarca desaparecido, que culminarán, sin embargo, con unos auténtico funerales del si glo, en los que se reunirán todas, las testas coronadas de este mundo y una infinidad de jefes de Es tado y de Gobierno, con la ex cepción de Irak, Serbia y Zaire, los únicos países que no han sido invitados. Este último, en razón (le las resistencias del dictador Mobutu Sese Seko a la democratización y, según la prensa de Bruselas, por las expresiones malsonantes que ha vertido, recientemente, sobre la familia real. La primera impresión que producen los alrededores del palacio real es que, el nuevo rey, Alberto II, gozará de un estado (le gracia. extraordinario por la conmoción que ha suscitado la rnuerte de su hermano. Los belgas parecen haber tornado súbita conciencia del valor de su propia historia y de su cohesión nacional, justo cuando (desaparece el soberano al que se calificó de cemento de la unidad. El abogado de Amberes Gerolf Annemans, de 35 años, jefe del grupo parlamentario del VIaams Blok (12 diputados, seis senadores, 400.000 votos y 10% en Flandes), que es el único partido antibelga y antimonárquico y quiere la separación de Flandes, reconoció a EL PAIS que las actuales circuntancias no son especialmente favorables para un Súbito avance del nacionalismo :radical flamenco. Teme, por el contrario, que se produzca un renacimiento del sentimiento belga, por el impacto emocional de la muerte de Balduino.

Alce Tranquilo

Si se atiende a lo que se ve ante el palacio real, la tesis que prospera es la del reforzamiento de la unidad nacional. Francófonos y neerlandófonos prácticamente por igual, jóvenes y ancianos, inmigrantes y militares formaban dos colas enormes, de más de 50.000 personas. Los exploradores, a los que, había pertenecido el rey Baldulno con el nombre toterri de Alce a Tranquilo, cooperaban con la gendarmería en el servicio y con la Cruz Roja en la asistencia sanitaria y proporcionaban a la vez la nota de color que hace recordar que éste es el país de Tintín. Los horarios de exposición de los restos mortales del monarca han sido ampliados. Los servicios de asistencia fueron reforzados, tras atender a más de 300 desmayados por el calor y esperas de siete horas.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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