Una cocina de altos vuelos
Las comidas de Lena Nemiróvskaia, centro político de gran influencia en Rusia
La democracia rusa del futuro tal vez tenga más que agradecer a Lena Nemiróvskaia y a su cocina que a la mayoría de los políticos rusos actuales, que pontifican desde las tribunas del Parlamento o hacen oír su voz distante desde los patios interiores del Kremlin. La cocina de Lena Nerniróvskaia es el origen de la Escuela Moscovita de Estudios Políticos, una institución singular que ha reunido durante una semana a un nutrido grupo de jóvenes políticos rusos en un bucólico escenario boscoso en Golitsino, a 45 kilómetros de Moscú.El hogar moscovita de Nemiróvskaia, una especialista en arte contemporáneo, y su esposo, el filósofo Yuri Sertakósov siempre fue un espacio abierto por el que pasaban sin avisar las gentes más diversas. Y lo era antes de la liberalización política, cuando la sociabilidad tenía un riesgo. El Comité de Seguridad del Estado (KGB) sometió a Lena y a Yuri a un registro y a intimidantes interrogatorios. Tenían demasiadas ideas propias, demasiados amigos y demasiados libros discordantes con la ortodoxia marxista.
La cocina de Lena y Yuri ha sido un verdadero salón, en el sentido más hospitalario y artístico del término. Por ella han pasado filósofos, profesores de universidad, sovietólogos, funcionarios gubernamentales, diplomáticos que hoy ocupan altos cargos en países occidentales, escritores del Este y del Oeste, abogados, artistas, economistas y políticos.
Los visitantes, incluso los más estirados, son objeto del mismo trato: reciben un plato de espagueti y se apuntan a la conversación de turno, que lo mismo es una reflexión sobre los últimos acontecimientos que una búsqueda de las causas profundas de los problemas de Rusia.
Con la recuperación de las libertades, muchas de las cocinas famosas de Moscú cayeron en el ostracismo, porque su papel de institución conspirativa y compensatoria de la represión intelectual se había hecho obsoleto. La cocina de Lena ha sobrevivido gracias a una diferencia fundamental con las cocinas políticas en bancarrota: es un espacio creativo y ha sabido captar el espíritu de los tiempos y adquirir nuevas dimensiones.
En 1992, con gran intuición, Lena y Yuri fundaron la Escuela Moscovita de Estudios Políticos y comenzaron a organizar unos seminarios, cuyo fin es la preparación teórica y práctica de una nueva generación de políticos y administradores.
El tema del seminario que concluye hoy -Derecho, política, economía y medios de información de masas- es un motivo para reflexiones amplias. Entre los asistentes hay representantes del nuevo empresariado, parlamentarios de la Federación Rusa y de las repúblicas ex soviéticas, expertos de los thinktank moscovitas, y muchos jóvenes que trabajan en las administraciones regionales, (en los Urales y en Siberia, especialmente), chicos con aspecto de adolescente que comienzan a destacar como profesionales, al margen de las pasiones políticas.
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