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El presidente de una asociación de jueces controla una empresa, pese a la incompatibilidad legal

El magistrado Ramón Rodríguez Arribas, de 59 años, presidente de la Asociación Profesional de la Magistratura (APM), mayoritaria y conservadora, ha recibido en los cuatro últimos años el 52 % de los beneficios de Distribuciones de Butano Crae SA (Dibucrae). El magistrado no pertenece al consejo de administración, pero sí un hijo suyo, procurador de los tribunales, Ramón Rodríguez Nogueira. Fuentes fiscales aseguran que Dibucrae está controlada por el magistrado, quien afirma que las incompatibilidades sólo le impiden ejercer "funciones directas".

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Fuentes judiciales manifestaron su asombro ante estos hechos, ya que el régimen de incompatibilidades y prohibiciones de actividad a que están sometidos los magistrados es muy estricto. En concreto, recordaron que el artículo 389 de la ley orgánica del Poder Judicial declara incompatible el cargo de juez o magistrado, entre otras ocupaciones, "con el ejercicio de toda actividad mercantil, por sí o por otro" y "con las funciones de director, gerente, administrador, consejero, socio colectivo o cualquier otra que implique intervención directa, administrativa o económica, en sociedades o empresas mercantiles".Preguntado sobre este particular, Rodríguez Arribas declaró el martes último: "A los jueces sólo nos está prohibido ejercer funciones mercantiles directas Al consejo de administración de Dibucrae sólo pertenece mi hijo mayor. Yo no tengo ninguna participación en la administración, ni la he tenido nunca, hasta el punto de que algunos empleados que llevan 15 años en la empresa dicen a veces 'a ver si conocemos a don Ramón', porque no me conocen".

En el Registro Mercantil no aparece el magistrado Rodríguez Arribas que, sin embargo, controla económicamente la sociedad, cuya administración formal dirigen las ancianas viudas de dos amigos suyos: Manuel Hedilla, segundo jefe nacional de Falange Española, y Felipe Arche Hermosa, gobernador civil y jefe provincial del Movimiento de Jaén y Alicante durante la dictadura. Arche cesó el 10 de diciembre de 1987, por fallecimiento, como presidente de Dibucrae, así como todo el consejo de administración y se nombró otro nuevo.

Según los acuerdos protocolizados el 11 de marzo de 1988 ante el notario Blas Piñar López, desde entonces hasta, al menos, el 15 de julio último, preside la sociedad María del Carmen Rojas, viuda de Hedilla, y es secretaria del consejo de administración María del Carmen Pérez de la Sierra, viuda de Arche. Figuran como vocales Manuel Ignacio Hedilla Rojas -hijo de la presidenta- y Ramón Rodríguez Nogueira, procurador de los tribunales e hijo del presidente de la APM.

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El reparto

A pesar de que no aparece entre los administradores de Dibucrae, en el reparto extra realizado el 16 de diciembre de 1989 sobre los 4.700.000 pesetas obtenidos por instalaciones, la cantidad más importante -una vez deducido el 5% de gerencia- correspondió a Ramón Rodríguez Arribas. 2.321.800 pesetas, un 52% del total, según el recibo firmado por el magistrado.El resto, hasta completar el 100%, se distribuyó así: 1.116.250 pesetas, el 25% del total, para Rojas y Dasi, presidenta de Dibucrae; 893.000 pesetas, el 20%, para Pérez de la Sierra, secretaria del consejo de administración, y 133.950 pesetas, el 3% restante, para Hedilla de Rojas, vocal. El otro vocal del consejo, Rodríguez Nogueira -hijo del magistrado-, no aparece en el reparto que encabeza su padre, lo cual induce a fuentes jurídicas a considerar que actua de testaferro.

En sucesivas distribuciones de beneficios, varios recibos firmados por el magistrado Rodríguez Arribas muestran que entre el 8 de noviembre de 1991 y el 5 de marzo de 1993 -16 meses- percibió al menos un total de 6.428.500 pesetas correspondientes a su 52% de participación en diversos beneficios extras, tanto de la empresa instaladora como de la explotación de Dibucrae. El otro 48% se repartió entre los miembros del consejo de administración que figuran como tales en el Registro Mercantil, con excepción siempre del hijo del magistrado, vocal del consejo, que no recibió nada.

Sobre su elevada participación en los beneficios de Dibucrae, en contraste con los administradores formales de la sociedad, Rodríguez Arribas confirmó su cuota del 52% y explicó: "Gracias a Dios, tengo una trayectoria limpia y unos bienes heredados de mis padres u obtenidos con mi trabajo, por los que pago mis impuestos y con los que doy de comer a mis hijos y a otras personas".

Los rendimientos de Dibucrae, tanto los regulares como los extraordinarios, son considerados importantes por fuentes fiscales, dada la pequeña dimensión de la empresa, dedicada a la distribución de butano y otros gases y a la venta de instalaciones para calefacciones, con una treintena de trabajadores a su cargo, incluídos los autónomos.

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