Un juez rico y moderado

Ramón Rodríguez Arribas, magistrado de la Sala de lo Contencioso-administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, es económicamente rico y políticamente moderado. La riqueza le viene de familia y la cultiva con dedicación, según sus allegados.La moderación ha ocasionado que, antes de que se cumplieran los dos años en la presidencia de la Asociación Profesional de la Magistratura (APM) -cargo en el que sucedió en febrero de 1990 a José Gabaldón, tras ser elegido éste magistrado del Constitucional-, el sector más conservador se desgajara por la derecha y constituyera la Unión Judicial Independiente (UJI).

Rodríguez Arribas nació en Madrid el 2 de abril de 1934 e ingresó en la carrera judicial en 1962. Sus primeros destinos los ejerció en Riaza (Segovia), Escalona y Torrijos (ambas de Toledo) y, tras un año en Las Palmas de Gran Canaria y otro en Ciudad Real, se instaló en 1978 en el juzgado de primera instancia número 19 de Madrid, en el que cinco años después fue sustituido por Manuela Carmena. En 1983 pasó a la inspección de órganos judiciales del Consejo General del Poder Judicial y desde 1987 es magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Madrid.

La mayoría de sus destinos han girado en torno a Madrid, en donde tiene la mayoría de sus propiedades, particularmente boyantes en San Martin de Valdeiglesias. Su sueldo de magistrado, próximo a las 500.000 pesetas mensuales, lo complementa con otros rendimientos económicos, si bien su identidad no aparece en el Registro Mercantil.

Desde la presidencia de la APM ha impuesto, la moderación en un colectivo judicial con tendencia, a veces, a extremismos de derecha. Ramón Rodríguez Arribas ha mantenido en general buenas relaciones con Enrique Múgica, cuando era ministro de Justicia. En cambio, conectó menos con el último titular de esa cartera, Tomás de la Quadra-Salcedo. La APM tiene recurrido también el nombramiento de Eligio Hernández; como fiscal general del Estado.