Fieros combates en Bosnia pese al alto el fuego
Una vez más, las declaraciones de paz no han servido de nada en Bosnia-Herzegovina. A pesar del alto el fuego acordado el viernes en Sarajevo por los jefes militares bosnio, croata y serbio, los combates se recrudecieron ayer en la antigua república yugoslava. El Ejército bosnio, esencialmente musulmán, arrebató a las milicias croatas el control de dos localidades cerca de Gorni Vakuf, en Bosnia central, mientras algunas de sus unidades se veían sometidas a un intenso ataque serbo-croata en el norte. Simultáneamente, los irregulares serbios siguieron descargando su artillería sobre la capital de Bosnia.
"Es demasiado temprano, pero parece que los enfrentamientos han disminuido considerablemente. Lo digo con toda cautela", afirmaba por la mañana en Sarajevo el portavoz de las Fuerzas de Protección de las Naciones Unidas en la antigua Yugoslavia (Unprofor), Barry Frewer.Sin embargo, la compañía de cascos azules británicos destacada en la ciudad de Gorni Vakuf, en Bosnia central, se encontraba en estado de máxima alerta después de que la Armija (Ejército bosnio) tomara las localidades de Kruba y Bistrica, próximas a este enclave, que flanquean una importante ruta utilizada para el transporte de ayuda humanitaria desde la costa adriática. También la ciudad de Prozor, de la que los croatas habían expulsado a todos los musulmanes hace seis meses, se hallaba bajo un intenso ataque del Ejército bosnio.
Esta ofensiva para la conquista de territorios bajo control Z Consejo de Defensa Croata (HVO) está encabezada por unidades bosnias compuestas por ex-internos en los campos de concentración serbios, muchos de los cuales perdieron a sus familias en las primeras oleadas de limpieza étnica serbia en Bosnia oriental. Estos soldados, que han protagonizado algunas de las operaciones de mayor dureza y éxito del Ejército bosnio en Travnik y la región de Bugojno, se niegan a todo compromiso de repartición.
Los combatientes han hecho oídos sordos al alto el fuego firmado el viernes en Sarajevo por los jefes militares bosnio, Rasim. Delic; croata, Milijov Petkovic, y serbio, Ratko Mladic: no puede haber salida negociada, dicen, a una lucha sangrienta. "Estamos peleando para volver a nuestras casas, y no nos rendiremos por nada", aseguraba el viernes un comandante musulmán.
En el norte de la república, las milicias serbias y croatas hostigaban a las posiciones bosnias en Maglaj, Tesanj, Zavidovici, Olovo y Brcko. La agencia de noticias serbia Tanjug acusaba ayer a los combatientes bosnios de iniciar los combates. Tampoco la paz llegó a la capital bosnia, Sarajevo, donde, según la radio local, las milicias serbias han atacado los barrios situados al norte. Otro punto de enfrentamiento ha sido la localidad de Konjic, en Herzegovina, donde tropas musulmanas luchan contra las milicias serbias y croatas por el control de la zona.
El puente de Maslenica
Por otra parte, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha instado a, Croacia a que se retire de la zona del puente de Maslenica, en la costa adriática, y a que lo ponga bajo control de Unprofor en cumplimiento del acuerdo de Erdut del pasado 16 de julio, que debía entrar en vigor ayer. Las tropas croatas, sin embargo, no han dado hasta el momento ninguna muestra de cumplir lo prometido. El Consejo ha pedido también máxima prudencia a los serbios, cuyas posiciones rodean el estratégico puente.La demanda fue formulada tras recibir el Consejo una advertencia urgente del representante del secretario general y copresidente de la conferencia internacional sobre Yugoslavia, Thorvald Stoltenberg, sobre la gravedad de la situación en el sector de Maslenica.
Los serbios han dirigido un ultimátum a los croatas y amenazan con bloquear por la fuerza el puente. El comandante de las Fuerzas de la ONU en la ex Yugoslavia, el general Jean Cot, afirmó anoche que su tropa "no puede impedir la destrucción del puente". "No puedo tampoco impedir que la gente se mate", añadió. "Demasiadas veces se considera que la ONU tiene la responsabilidad de hacer la paz sola", concluyó el militar, francés.
El secretario general de la ONU, Butros Butros-Gali, trabaja mientras tanto en la elaboración de una lista de países que deben aportar los 7.600 cascos azules necesarios para reforzar las llamadas zonas protegidas, enclaves musulmanes bajo la vigilancia de la ONU. Hasta ahora la falta de efectivos ha hecho que estas áreas estén de hecho a merced de las milicias de los serbios de Bosnia.
Butros-Gali cuenta ya con Francia, Jordania, Malaisia, Holanda y Pakistán y mantiene consultas con los países escandinavos, Alemania y Estados Unidos. El secretario general ha agradecido las ofertas de otras naciones "que no podrán ser tenidas en cuenta", lo que descarta implícitamante a países musulmanes como Irán, que había ofrecido 10.000 hombres.
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