Día negro del ONCE: Breukink y Jalabert dijeron basta

Manolo Saiz, el director del equipo ONCE, tiene sobrados motivos para pensar que no empezó este Tour con buen pie. Veinte días después de llegar a Francia, los problemas se le acumulan hasta vivir una jornada como la de ayer, en la que el holandés Eric Breukink no tomó la salida y el francés Laurent Jalabert hubo de poner pie en tierra subiendo al Tourmalet.De aquel conjunto bien engrasado, dispuesto a conquistar una buena parte de la tarta del Tour, quedan ahora los restos. Nadie se fija a estas alturas en la actuación del suizo Alex Zülle, perdido en la clasificación general. El belga Bruyneel es la única punta de lanza que le queda a Saiz. Poca cosa.

"Breukink no soportaba el dolor. Cada etapa de montaña era un suplicio para él. Ha sido inyectado varias veces y un día hubo de tomar hasta cuatro calmantes". Breukink sufrió un atropello el día anterior al comienzo del Tour. Salió despedido de la bicicleta y sus huesos fueron a parar contra una señal de tráfico. El accidente dejó una secuela: un golpe en una rodilla, que ha ido empeorando.

"Cuando el terreno era llano, el dolor se hizo llevadero, pero todo se complicó al llegar la montaña", manifestó ayer Sáiz. "Así que, dada su posición en la clasificación general [el trigésimo, a 45m 26s de Induráin), nos preguntamos qué sentido tenía que Breukink continuase en la carrera con el riesgo de que se agravara el estado de su rodilla y se le originase una lesión de mayor importancia".

Jalabert es un caso parecido. Sus posibilidades con vistas a la clasificación por puntos habían menguado extraordinariamente en función de la fortaleza y la buena salud del uzbeco Abduyapárov. De cualquier forma, una indisposición estomacal (también la sufrió Leanizbarrutia, ya retirado) le dejó en un condición de gran debilidad.

El lunes, Jalabert llegó a Andorra a duras penas y siendo el 135º de un total de 138 corredores. Su desgracia prosiguió y el miércoles cedió 20 minutos respecto al polaco Jaskula, el ganador, en la ascensión a Saint Soulan y en tan sólo 11 kilómetros. La diferencia final en esa etapa entre Jaskula y Jalabert fue de 30m 38s. Para remate, perdió diez puntos y diez segundos por la ayuda de un espectador.

Jalabert aguantaba como podía en su segundo puesto en la clasificación de la regularidad. "Nunca he acabado un Tour de esta manera", dijo ayer al tomar la salida. Un par de horas después, la cumbre del Tourmalet se le hizo infranqueable.

Las miradas se volvieron hacia Zülle, un hombre que parece haber desaparecido de la prueba. Sin embargo, la respuesta de Saiz es terminante. "No pienso forzar en absoluto a Zulle", dijo, "porque le he pedido que haga este Tour como él quiera. Le he dicho que, dado que no puede estar en las posiciones de delante, aprenda de todo lo que sucede por detrás".