El taxista madrileño
Se comentan en Madrid hechos ejemplares de honradez y servicio que este colectivo presta al ciudadano-cliente. Yo, mejor dicho, mi señora, tuvo la satisfacción el pasado 18 de junio de 1993 de disfrutar gratuitamente de uno de ellos. El acto, que no voy a narrar en detalle, por lo anecdótico y singular -por lo poco corriente hoy en día-, fue para mí sorprendente y ejemplar: olvido de bolso de señora con documentación, efectos, metálico, billetes de viaje, reservas de hotel, etcétera (estábamos a punto de iniciar un viaje a Santiago en ese momento). El taxista (anónimo) estuvo buscando a mi mujer hasta que la localizó y entregó lo olvidado, pensando, sin duda, en el tremendo trastorno (estábamos con. las maletas en la mano). Desde aquí le doy las gracias.-
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