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Leguina declara "arruinado" el guerrismo y dice que su mensaje ha quedado "reducido a escombros"

El presidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina, hizo público anoche un manifiesto en el que declara "arruinado" el guerrismo. Bajo su punto de vista, los mensajes del número dos del PSOE, Alfonso Guerra, y sus seguidores han quedado "reducidos a escombros" en su reciente derrota ante el secretario general del PSOE, Felipe González. Los renovadores de la Federación Socialista Madrileña (FSM), encabezados por Leguina y su secretario general, Teófilo Serrano, actuaron ayer de avanzadilla del debate precongresual del partido, cuya celebración pretenden lo antes posible.

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Los renovadores madrileños, que extenderán su discurso a todas las federaciones del PSOE, hacen profesión de fe del proyecto socialdemócrata y abogan por un modelo de partido diferente mucho más abierto y participativo. En la seguridad de que muchos se pasarán a sus filas, invitan también a las bases guerristas a que se sumen a lo que creen que será la nueva mayoría. "Bienvenidos serán todos", dijo Leguina.A la convocatoria acudieron varios centenares de militantes, así como miembros del PSOE de otras federaciones. En primera fila estaban el secretario general de Castilla-La Mancha, Juan Pedro Hernández Moltó, y algunos dirigentes del PSOE de Aragón y Andalucía. Los guerristas fueron expresamente excluidos pese a las quejas del presidente de la FSM, José Acosta, quien, al tener conocimiento de la convocatoria, declaró que el acto ponía de manifiesto actitudes "sectarias" poco acordes con la integración que requiere el partido.

Los leguinistas habían preparado la reunión para aclarar de una vez lo que entienden por renovación interna. Y empezaron por declarar la muerte del guerrismo. Joaquín Leguina, en un elaborado discurso, señaló que los socialistas españoles asisten "al final de un modelo". "Final que se hace visible si contemplamos los últimos acontecimientos surgidos con ocasión de la elección de portavoz del grupo socialista en el Congreso, pero que tiene su origen mucho antes y que ha tenido consecuencial y efectos perversos que han ido más allá de las personas concretas". "Modelo y comportamientos que han estado a punto de hacernos perder las elecciones".

Los renovadores se han basado en los últimos acontecimientos del partido para considerar que es el momento de agrupar una nueva mayoría. El enfrentamiento de buena parte de la dirección del PSOE, encabezada por Alfonso Guerra, con el secretario general, Felipe González, al oponerse a su decisión de elegir a Carlos Solchaga para la presidencia del grupo socialista, ha sido decisivo: "Las dos votaciones, en la ejecutiva y en el grupo socialista, junto a la configuración del nuevo Gobierno, han arruinado el discurso interno de los compañeros agrupados en torno a Alfonso Guerra".

Según Leguina, el discurso de los guerristas secularmente se asentaba en dos mensajes: "Nosotros somos el partido y contamos con el consentimiento de Felipe González", parafraseó. "Pero", prosiguió, "quedando en minoría y precisamente frente a la propuesta de Felipe González, se han reducido a escombros ambos mensajes".Retórica izquierdosa

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En este apartado del manifiesto, Leguina interpretó lo que cree que ha sido la estrategia "apresurada" de los guerristas. A su juicio, han querido arbitrar un mensaje sobre el modelo de partido atribuyendo a los renovadores un deseo inconfesado de convertir el PSOE en una especie de partido demócrata norteamericano. Después "han desempolvado la retórica izquierdosa y las esencias ugetistas". Por último, "han motejado de caudillista la actitud del secretario general".Frente a estas actitudes, los renovadores madrileños contraponen sus respuestas. No desean importar el modelo norteamericano -porque no concuerda con la cultura política de Europa-, aunque están dispuestos a buscar alguna fórmula para que los electores socialistas "puedan influir en las decisiones que el PSOE tome entre elecciones". Por añadidura, no dan crédito al espíritu izquierdista del guerrismo, que apoyó la huelga general del 14-D contra Felipe González.

"Queremos un partido limpio cuyas cuentas sean las que aprueban los órganos de dirección y no otras", indica el manifiesto.

El modelo alemán

Los renovadores' desean enterrar definitivamente la acusación guerrista de que aspiran a convertir al PSOE en una suerte de partido demócrata norteamericano. Tampoco pretenden imitar el modelo francés, en el que, al final, se suman distintas facciones. Y no echan de menos una organización socialista a la manera italiana.Su modelo lo anunciaron ayer. Aspiran a parecerse al Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), con una afiliación masiva y con la facultad de sus bases de elegir con su voto a su líder, como acaba de producirse en esa organización.

En el manifiesto expuesto se apuntan las líneas generales de su modelo:1. Afiliación masiva.

2. Participación de los afiliados, no sólo con técnicas de delegación y representación, sino también con técnicas de democracia directa.

3. Pluralismo interno lo más amplio posible, pero sin que el partido se convierta en una coalición de facciones.

4. Suficiente renovación periódica de los representantes de los partidos en las instituciones públicas, para evitar que se conviertan en un grupo separado.

5. Garantía legal de los derechos de los afiliados.

6. Posibilidad de participación de los adherentes en la toma de decisiones más relevantes.Por último, los renovadores madrileños invitan a sus compañeros a hablar de las políticas que hay que practicar para "mantener el modelo de Estado del bienestar, para salir de la crisis con un sistema económico y social eficiente y solidario".

Este sector del partido socialista considera que es el momento de abrir el debate para aplicar los necesarios cambios internos y externos, al calor del éxito electoral que han conseguido los socialistas por cuarta vez consecutiva. Es ahora, estando en el Gobierno y no en la oposición, cuando, estiman, se pueden realizar sin traumas los cambios imprescindibles en el partido.

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