ETA dispone todavía de un centenar de personas capaz de acciones terroristas

El grupo armado ETA mantiene aproximadamente un centenar de elementos capaces de integrarse, en un momento dado, en acciones operativas, según datos manejados por expertos de la lucha contraterrorista. Los servicios policiales de España vienen intercambiando información con los de otros países, principalmente los franceses, acerca de una lista de miembros de ETA, que incluye a un grupo de 30 a 40 personas.

La base de este grupo radica en el País Vasco francés. En tales informes, sin embargo, existen grandes lagunas respecto a la situación de otros 60 liberados de la organización terrorista.Entre esos nombres figuran muchos huidos y deportados, así como personas a las que hace tiempo que los servicios españoles y franceses no ven por ninguna parte.

Los problemas para el control de este grupo es lo que convierte en inseguras algunas de las evaluaciones sobre la capacidad terrorista de ETA, además de las dificultades para prever la incorporación de jóvenes no fichados.

Tras las grandes caídas del año pasado, la organización terrorista no presenta ninguna novedad técnica. Su arma más mortífera, el coche bomba, representó sólo una quinta parte de los atentados del 92, pero aportó casi la mitad de los muertos. Los coches bomba del lunes pasado, que son los dos únicos empleados por ETA en todo lo que va de 1993, ya han provocado más víctimas que cualquiera de los utilizados el año anterior.

La actual fase se caracteriza por la combinación de atentados selectivos en Euskadi, con los indiscriminados que se cometen fuera del País Vasco. Los cinco últimos coches bomba han sido concentrados en la capital de España.Ninguna de las grandes matanzas históricas de este grupo -Hipercor, Vich, Zaragoza- han tenido el País Vasco por escenario. Además, desde hace dos años no ha vuelto a estallar ningún coche bomba en Euskadi.

Para despedazar a personas de forma indiscriminada, el grupo terrorista elegía y elige otros puntos de España. El mapa publicado en esta página refleja los ataques con coche bomba contra ciudadanos de fuera del País Vasco en los últimos 23 meses, periodo en el que, por fortuna, los que viven en Euskadi no han sufrido un ataque de esas características.

Que la acción de las policías española y francesa produjo desorganización en ETA es un hecho: se refleja no sólo en el relativamente bajo número de atentados cometidos a lo largo de 1992, sino en el total de explosivo utilizado, que no sobrepasó los 700 kilos -en su mayoría amonal-, entre lo empleado y lo incautado por la policía. Esa cantidad contrasta con los más de 1.700 kilos usados por ETA a lo largo del año anterior (1991).

La situación está cambiando hacia una especie de guerra de desgaste. ETA mantiene una lucha sin perspectivas de negociación con el Gobierno, pero no abandona la siembra del terror, tal vez a la espera de coyunturas más favorables para sus fines. Va disminuyendo el número de bombas colocadas junto a instalaciones policiales o militares, mientras se mantiene la colocación de cargas en lugares concurridos, destinadas a matar o herir a transeúntes.