El líder de la ultraderecha alemana descalifica a toda la clase política

ENVIADO ESPECIAL Pese a las protestas organizadas en su contra, el partido más significativo de la extrema derecha alemana, Die Republikaner, que encabeza el antiguo oficial de las SS hiderianas Franz Schönhuber, consiguió sacar adelante su congreso programático. Como organización política, los reps dieron ayer muestras sobradas de su creciente profesionalización y de lo cerca que se encuentran de asegurarse representación parlamentaria. El carismático Schönhuber abrió el congreso descalificando groseramente a la totalidad de la clase política del país, pero asegurando que "Alemania aún no está perdida del todo".

No les fue fácil. La diputada socialdemócrata Renate Schmidt encabezó una campaña bajo el lema "una ciudad dice no al radicalismo de derechas y al odio a los extranjeros", atrajo a varios miles de manifestantes que recorrieron primero el centro de Augsburgo para dirigirse después a la sede del congreso. Una vez allí, sin embargo, la policía no les dejó acercarse.La diferencia con anteriores congresos era obvia. El aire un tanto circense y de romería familiar que tenían hace unos años ha sido sustituido ahora por la seriedad y el rigor organizativo. La ausencia total de símbolos nazis o fascistas, o de uniformes y parafernalia nostálgico-imperial, contribuía a crear la sensación de absoluta In6deración pequeñoburguesa.

Para los reps era importante dar esta imagen en el que se había bautizado como "el congreso que abrirá el año crucial de l994", refiriéndose a las elecciones generales en las que pretenden entrar en el Bundestag (Parlamento).

"Nuestra gran visión es la reconciliación de todos los alemanes", afirmó Schönhuber, que quiere pasar a la historia como el político que consiga la síntesis entre los ossis (de la ex RDA) y los wessis (de Occidente). Para ello no ha dudado en abrir la puerta a políticos profesionales de la antigua Alemania comunista y vender estos fichajes como un acto de reconciliación nacional.