López Arriortúa garantiza a los sindicatos de Seat el futuro de la factoría de Zona Franca
Ayer fue un día agitado en Seat. La marca española filial de Volkswagen celebró en Barcelona una reunión del consejo, la junta de accionistas, pleno del comité europeo de los sindicatos del grupo y un encuentro entre este comité y la dirección. Todo a puerta cerrada. Ante tal cúmulo de acontecimientos, dirección y sindicatos optaron por la prudencia y por consensuar una nota conjunta que harán pública el próximo lunes. A pesar de tanto hermetismo, trascendió que, el primer ejecutivo del grupo, el español Ignacio López Arriortúa, dio garantías sobre el futuro de la factoría de la Zona Franca y echó un poco de agua al vino de su cosecha preferida: el proyecto de Amorebieta.
Superlópez se enfrentó ayer en Barcelona a una reunión urgente del comité europeo del grupo Volkswagen, algo así como un comité intercentros de todas las factorías europeas de la casa. La reunión tenía por objeto principal -aunque no único- tratar del polémico proyecto de Ariorebieta, que ha levantado ampollas entre los sindicatos y dejado al descubierto no pocas contradicciones.Mientras UGT de Zona Franca lo combate, la sección sindical de CC OO lo defiende. Mientras la federación estatal del metal de este sindicato también se muestra a favor, sus colegas de la factoría de Seat en Landaben lo consideran "una bairbaridad". Mientras Superlópez lo vende con entusiasmo, la central de Volkswagen en Wolsfburg prefiere hablar de centro tecnológico y aleja a septiembre el horizonte de la torna de decisiones. Y mientras tanto, el equipo directivo de Seat parece mirar al cielo mientras alaba el proyecto con la boca pequeña.
Ante este panorama, Arriortúa optó por tirar por la calle de enmedio: se reiteró en su proyecto vasco pero se desdijo en parte al afirmar ante los sindicatos que sus palabras habían sido mal interpretadas por los periodistas y sostener que nunca ha dicho que en Amorebieta se vaya a fabricar un turismo de pequeña cilindrada. Ese es, precisamente, el proyecto llamado a salvar el futuro de la vetusta factoría de Zona Franca: un pequeño modelo, el Rose, a fabricar de forma conjunta con la japonesa Suzuki.
Maki, como se le conoce popularmente, reiteró que Amorebieta no impedirá la salvación de la Zona Franca, una factoría cuya viabilidad está en entredicho desde que Seat inaugurara, en febrero pasado, su nueva planta de Martorell, donde produce el nuevo Ibiza.
Martorell ha reducido en picado la producción de Zona Franca y puesto al descubierto que sobran 5.000 de sus 14.000 empleos actuales. El ejecutivo vasco también cambió impresiones con los sindicatos sobre la aplicación en Seat, desde este lunes, del sistema de mejora continua del trabajo, que ya utilizó en General Motors.
Antes de encontrarse con los sindicatos, Arriortúa asisistió a la junta de accionistas de Seat, celebrada a puerta de cerrada. Los accionistas aprobaron el balance de 1992, que se cerró con unas pérdidas de 12.756 millones de pesetas y unas ventas de 632.907 millones (ver EL PAÍS de 17 de abril). La junta aprobó también la entrada en el consejo de López Arriortúa y Werner P. Schrnidt en sustitución de Dieter UlIsperger y Günter Hartwich.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.