Asociados al prójimo
Varios políticos madrileños están vinculados a organizaciones sociales
Los presupuestos públicos se reducen en tiempos de crisis, y las tareas asistenciales son las primeras en ver disminuidos sus recursos (véase EL PAÍS del sábado 19). En esos casos cobran mayor importancia las organizaciones que fomentan la solidaridad social. Joaquín Leguina y José María Álvarez del Manzano vienen a coincidir en sus opiniones. El presidente autonómico cree que "la sociedad, a través de sus impuestos, no va a poder abarcar todo". Y el alcalde de la capital no está de acuerdo con la idea del Estado asistencial: "No creo en el papá Estado, creo en el principio de subsidiariedad". En este marco, las entidades de voluntarios y las organizaciones no gubernamentales (ONG) adquieren un protagonismo aún mayor. Los políticos madrileños dan ejemplo y están asociados a alguna de ellas.Ana María García Armendáriz (PP), concejal de Servicios Sociales de Madrid y afiliada a Cáritas, considera que los campos en los que más se necesita hoy la ayuda de las ONG en Madrid son la atención de menores en riesgo, mujeres con problemas, servicios a personas mayores y prevención e inserción de drogodependientes.
En opinión de la concejal Marisa Castro (IU), miembro de varias asociaciones, entre ellas Médicos sin Fronteras, las ONG no deben sustituir a los profesionales ni a la Administración, pero son de vital importancia en los problemas prioritarios de Madrid, "en los colectivos marginales, como los inmigrantes o el pueblo gitano, y para su reinserción social, o en el problema de la droga, el voluntariado hace una labor importante".
Según Elena Vázquez (PSOE), consejera de Integración Social y miembro de Ayuda en Acción, "el hacerse socio de una ONG es cuestión de solidaridad", aunque admite, como todos los políticos consultados, que la desgravación fiscal animaría en gran medida la participación ciudadana.
Paco Herrera, portavoz municipal de Izquierda Unida y socio de varias entidades -entre ellas la Asociación Pro Derechos Humanos-, coincide en que "no hay incentivos fiscales, pero tampoco existe una cultura favorable al asociacionismo en la sociedad civil". Mientras que Álvarez del Manzano -socio de Cáritas- puntualiza que deberían desgravar siempre que no hagan política, "porque, a veces, hasta las asociaciones de vecinos la hacen".
Leguina confiesa que como ciudadano le gustaría pertenecer a más asociaciones, pero "es un goteo de dinero. Una familia media que quiera hacerlo tiene un problema que no existiría en la misma medida si su colaboración pudiera desgravar. Además, hay que tener presente nuestra inexperiencia. Hay familias en las que al niño recién nacido le hacen socio del Atlético de Madrid, que, por cierto, tampoco tiene tantos socios, en realidad ninguno de los grandes clubes, lo cual demuestra que hay una cierta reticencia a asociarse".
La opinión de Esperanza Aguirre (PP), concejal de Medio Ambiente y Cultura y miembro de Manos Unidas, es que tan importante estímulo es la desgravación como el conocimiento de la labor de las ONG. Respecto a otros países, Marisa Castro destaca la tradición de las ONG sajonas: "Tienen unas bases sociales muy fuertes porque se subvencionan a través de las cuotas".
Poca participación
El desconocimiento y la desconfianza son bazas para la poca participación en las ONG. Pero también influye el que sólo 810 asociaciones y 12 federaciones de las 17,000 ONG registradas en España puedan desgravar por ser "de utilidad pública".
También Leguina destaca: "Hay un aspecto importante que no afecta directamente a los que vivimos en una gran ciudad, sino que afecta a nuestra conciencia, la ayuda a grupos sociales que no viven aquí. Lo que está haciendo Médicos sin Fronteras, por ejemplo, me parece impresionante. Vamos, lo que se llama cooperación".
Igualmente, el secretario de Estado para la Cooperación Internacional, Inocencio Arias -miembro de Ayuda en Acción-, declara: "Comparados con otros millones de seres del globo, somos casi riquísimos. Si hay gente en países que no tiene agua potable, escuelas, vacunación, un mínimo de alimentos, ¿cómo no echarles una mano? Somos seres humanos, ¿no?".
El nombre que usan
El alcalde Álvarez del Manzano cree que algunas asociaciones se enfrentan a otra dificultad para su total implantación en la sociedad, el posible origen religioso. "Algunas", dice, "tienen un nombre que induce a alguna complejidad, porque no se sabe muy bien lo que hay detrás de, por ejemplo, El Niño del Remedio. Pues resulta que es una asociación que recoge a niños difíciles que tienen problemas para estudiar en otros centros. Es completamente particular y no recibe subvención alguna del Estado. También quiero mencionar otra, Norte Joven, exclusivamente civil, con talleres en Madrid donde imparten formación profesional".
Inocencio Arias, veterano impulsor de las ONG, es también partidario de "desgravar responsablemente". Y manifiesta su esperanza de que una ley del mecenazgo sea un paso en ese sentido, aunque matiza: "Hay que difundir la labor de esas asociaciones. El español bien informado, aguijoneado, es un animal generoso. Desinformado es muy pasota".
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