Alergia y paradojas
Resulta inevitable hablar de temas alergológicos en esta época del año, y son numerosos los artículos en diversos diarios de tirada nacional, incluido el suyo (8 de junio de 1993), que tratan del tema. En todos ellos se destaca que en nuestro país existen la mitad de alergólogos de los que recomienda la Organización Mundial de la Salud.Resulta paradójico, por tanto, que la mayoría de los alergólogos vía MIR de las últimas promociones, unos treinta al año, se encuentren en paro por la no creación, por parte de la Administración, de plazas de esta especialidad, cuando existe un gran número de enfermos que no pasan de la asistencia primaria, y los que lo consiguen tienen que soportar listas de espera que en algunos centros superan el año.
Paradójico que, con un amplio colectivo de especialistas bien formados, pero parados, el Insalud se dedique a enviar pacientes a centros concertados, muchos de los cuales no cuentan con médicos titulados en esta área, para que finalmente una buena parte de dichos pacientes sea remitida nuevamente a hospitales públicos, aumentando de este modo considerablemente el gasto y las listas de espera.
Paradójico que sea una especialidad que no existe a nivel ambulatorio, salvo contados lugares (por cierto, con resultados excelentes), cuando hasta un 20% de la población requiere asistencia de este tipo en algún momento de su vida, que podría muy bien ser resuelta a este nivel.
En resumen, la principal paradoja no es la falta de alergólogos bien formados, sino la falta de voluntad de las distintas administraciones por solucionar el problema.-
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