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Asfalto contra guarderías

Juan Antonio Carbajo

La concejal de Servicios Sociales, Ana María García Armendáriz, se ha quedado sin dinero para las guarderías de los niños más desatendidos. El presupuesto de su área, este año un 27% inferior al pasado, se empieza a agotar. La concejal expuso ayer a la Comisión de Gobierno del Ayuntamiento de Madrid su angustia: necesita 40 millones de pesetas para las becas infantiles del segundo semestre. Fue poco después de que el mismo órgano aprobara el gasto de 644 millones para la operación asfalto.Los Servicios Sociales se han convertido en la cenicienta municipal. Cuando el Ayuntamiento necesita d¡nero recurre a los fondos de García Armendáriz. En octubre, 16 millones de los programas de Integración Social, Ayuda a Domicilio o Familia e Infancia fueron a parar a obras en vías públicas. En noviembre, 318 millones del Instituto Municipal de Empleo (Imefe) y 222 de Servicios Sociales se desviaron para salvar la deuda con el Consorcio de Transportes.

En abril, una nueva modificación presupuestaria hurtó a las juntas de distrito 17 millones destinados a ayudas a familias y programas contra la droga. Sólo en San Blas se eliminaron siete millones de estos programas para dedicarlos a "conservación y reparación de vías públicas".

El área de Servicios Sociales, en su pugna con el asfalto y obras varias, ha visto cómo se empobrecían sus arcas año tras año. En 1989, la concejalía gestionaba un 3,9% del presupuesto municipal. En 1993 la proporción bajó hasta el 2,25%.

Los responsables de algunas juntas han ordenado a sus asistentes sociales que no den una sola ayuda que no haya pasado antes por su supervisión. Ahora los concejales firman las subvenciones para prótesis, gafas, alquileres o, simplemente, para comida, que los Servicios Sociales brindan a las familias incluidas en sus programas.

Casas de socorro

El área de Sanidad no lo lleva mejor. Los recortes en su presupuesto (un 6%) impiden suplir a médicos y enfermeros durante sus vacaciones. La alternativa ha sido cerrar las casas de socorro: cuatro en julio, ocho en agosto y otras cuatro en septiembre.El concejal de Sanidad, Simón Viñals, asegura que el sistema ya se utilizó durante los primeros años de gobierno municipal socialista. Sin embargo, los sindicatos temen que el cerrojo vacacional de algunos centros no se vuelva a levantar. La austeridad implica una reordenación de la red sanitaria y el cierre definitivo de varias casas de socorro.

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