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Kohl afirma que los alemanes deben trabajar más por la crisis

El canciller alemán, Helmut Kohl, apeló ayer al patriotismo de los alemanes y a su capacidad de trabajo para solventar los problemas económicos a los que se enfrenta Alemania. Según Kohl, los alemanes "deben trabajar duro" para hacer frente a los "dramáticos" cambios que sufre Occidente desde la caída del muro de Berlín, a finales de 1989.

Las palabras de Kohl, pronunciadas en una reunión de delegados de su partido, el cristiano demócrata CDU, fueron apoyadas, punto por punto, por el ministro de Economía, Günter Rexrodt. En declaraciones a la emisora de radio Germany's Deutschlandfunk, Rexrodt aseguró que es partidario de modificar las normas para aumentar la jornada laboral y facilitar incluso el trabajo en domingos y festivos. Refiriéndose al sector público, Rexrodt concretó más y se mostró a favor de aumentar la jornada de trabajo de los empleados públicos en una hora semanal.

En opinión del. ministro alemán, aunque el aumento de jornada no puede considerarse como la panacea para una industria con problemas "nadie se morirá por trabajar una hora más".

Posteriormente, ante un foro compuesto por empresarios, Redrodt, según la copia de su discurso se mostró incluso partidario de aumentar a 10 horas diarias la jornada de trabajo.

En el congreso del CDU, el Kohl apeló al patriotismo alemanes para trabajar duro y superar la crisis. Uno de los temas de reflexión del congreso fue la propuesta para aumentar la jornada laboral semanal de 38,5 horas a la semana a 40 horas, una medida a la que se oponen los sindicatos alemanes. "No puedo entender la discusión sobre si se debe trabajar una hora más o menos cuando está en Juego el futuro" afirmó Kohl.

Empleados públicos

En algunos länder alemanes, como el de Schleswig-Holstein, gobernado por el socialdemócrata Heide Simonis, ya se ha anunciado que los empleados públicos trabajarán una hora más a la semana.

Los sindicatos han firmado una serie de acuerdos en la industria en los que se recoge el compromiso de que la semana laboral se reduzca a 35 horas en 1995. Y quieren que los compromisos se cumplan. El máximo responsable del poderoso sindicato IG Metall, Klaus Zwickel, se ha apresurado a criticar al socialdemócrata Simonis al asegurar que estaba sorprendido de que un land gobernado por alguien políticamente situado a la izquierda sea el primero en aceptar y aplicar un aumento de jornada laboral.

Los cuatro millones de trabajadores alemanes del sector metalúrgico trabajan actualmente. y desde el mes de abril, 36 horas a la semana, contribuyendo así a que, según los analistas, Alemania sea el país desarrollado en el que menos horas se trabajan y el país en el que mejor se pagan las vacaciones de los trabajadores.

Excepto en el sector del acero, los turnos de trabajo están restringidos a dos por día, con la absoluta prohibición de trabajar domingos y festivos.

Como argumento contra la prolongación de las horas de trabajo, las centrales sindicales aseguran que la reducción de jornada en el sector del metal ha permitido crear un millón de puestos de trabajo.

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