El Consorcio de Realojamientos nombra al nuevo gerente, pero mantiene la vieja incertidumbre

El rumbo futuro del Consorcio para el Realojamiento de la Población Marginada es una incógnita. Hasta ahora había un solo dato seguro: 1.100 chabolistas censados esperan casa. Pero esa cifra puede cambiar. Las instituciones quieren cribar a los vendedores de droga, si bien no precisan cómo demostrarán sus ingresos negros. También pretenden otros modelos de vivienda, como los alquileres avalados. Julio Fernández Mato es desde ayer el nuevo gerente del Consorcio. Sustituye a José Luis Gómez, que dimitió por no sentirse respaldado.

No hay un calendario de actuaciones y aún quedan muchos cabos por atar. El nuevo gerente tendrá que precisar a quiénes va a realojar el Consorcio, cómo y cuándo. Cuenta con la experiencia de los que trabajan en este problema desde hace años y con la ayuda del informe elaborado por técnicos de las instituciones.Sus conclusiones sentarán las bases para el nuevo convenio que han de suscribir el Ayuntamiento y la Comunidad, ya que el anterior finaliza el 30 de junio. Toda esta revisión puede modificar el sistema de trabajo seguido en estos seis años.

El número de chabolistas pendientes de realojar puede reducirse si las instituciones cumplen sus propósitos de investigar a quienes obtengan ingresos ilegales por la venta de drogas.

El delegado del Gobierno, Miguel Solans, que preside el Consorcio, manifestó ayer que "las personas censadas en 1986 son una parte de la población marginada de Madrid". "Algunas", agregó, "han mejorado su situación en estos años, y no les vamos a dar casa porque sigan en la chabola". "El nuevo convenio incluirá una prohibición expresa de realojar a quienes hayan vendido el piso adjudicado anteriormente y hayan vuelto a la chabola", añadió. "Vamos a buscar nuevas fórmulas, como las viviendas de alquiler avaladas por la Comunidad -que ya disfrutan 160 inmigrantes-, porque la única vía no es la cesión de un piso público", concluyó.

Otro de los objetivos institucionales es construir menos poblados y hacer más realojamientos en bloques de altura. Por ello, el mapa de campamentos ya elaborado, sujeto a numerosas alteraciones y promesas incumplidas, puede quedar inservible.

Las administraciones tienen previsto también reforzar el trabajo educativo, sanitario y laboral en los poblados, pero no explican quién se va a encargar de este cometido.