Detrás, lo de siempre
Leo la magnífica columna del señor Haro Tecglen el día 9 de junio y me siento tentada de renunciar a esta carta, ya que su autor expresa mucho mejor que yo la certeza que desde ayer me invade.Portada del 8 de junio de un periódico nacional al que ustedes han apodado alguna vez de la caverna. Bajo el titular El voto subsidiado y cautivo en Andalucía y Extremadura dio la victoria al PSOE, me encuentro con un texto cuyo contenido me resulta tremendamente familiar. Aquí no hay una, sino dos Españas, a saber, capitales y provincias nobles contra pueblos, extrarradios y sur del país; la gente de pro y los demás desgraciados; los listos portadores de la razón contra los ignorantes (pensionistas y demás incautos a los que se engaña fácilmente); trabajadores siempre honrados contra parados divididos entre vagos y sinvergüenzas (en 24 horas han pasado de ser 3.300.000 tragedias humanas a un montón de sinvergüenzas); es decir, aquellos que votaron libre y desinteresadamente al centro (?)-derecha y los que votaron cautivamente a sus compinches de un partido que reparte subsidios a cambio de votos. En definitiva, votos que valen y votos que valen menos o, mejor, no deberían valer nada.
Enhorabuena a este país. Felicidades a tantos millones de españoles que entendieron a tiempo que, detrás de su talante democrático recientemente adquirido y a la fuerza, detrás de una
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ejemplar actitud que se rebelaba contra el sufrimiento de 3.300.000 parados, detrás de tantas palabras buenas y bonitas oídas en las últimas semanas, está lo de siempre.- Ana Mediavilla Herrera.
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