El líder del PSOE rehuirá la compraventa con los nacionalistas

El presidente del Gobierno en funciones, Felipe González, ha salido de su corto descanso en la sierra de Cazorla con la intención de cerrar un pacto de gobierno o, en su defecto, de legislatura de alcance histórico con los nacionalistas vascos y catalanes. Se trata, en primer lugar, de asegurar la estabilidad del Gobierno y no dejar él campo abierto al Partido Popular (PP), que le permita desestabilizar su tarea en esta legislatura alcanzando acuerdos con el Partido Nacionalista Vasco (PNV) y Convergéncia i Unió (CiU). Quiere evitar a toda costa que los ciudadanos perciban la negociación como una compraventa y tratará de convencer a los nacionalistas de que el pacto también es "histórico" para ellos.González intuye que la empresa no va a ser fácil. La formación política que encabeza Jordi Pujol no acaba de ver muy clara la conveniencia política de participar en la gobernabilidad de España y, sobre todo, aparecer del brazo de los socialistas. Las reservas son absolutas sobre todo en el sector, ciertamente mayoritario, que apoya a Pujol en contra de la opinión de Miquel Roca, más flexible a escuchar a Felipe González. Tampoco el PNV es entusiasta pero muestra menos reticencias.

La envergadura de la crisis, la dura oposición anunciada por el PP y la rigidez de los sindicatos ante la negociación de un pacto social son algunos de los argumentos que calibran los nacionalistas como negativos para embarcarse en "una aventura de gobierno".

Pero más allá de la conveniencia política del pacto, González quiere hacer ver a sus posibles aliados la "dimensión histórica" de la participación de los nacionalismos catalán y vasco en la gobernabilidad de España. En el caso vasco, sólo hay un antecedente, la presencia de Manuel Irujo como ministro de Justicia en el Gobierno de la II República.

El presidente del Gobierno en funciones, según informan fuentes de su entorno:, no va a entrar en pujas concretas en su ronda de conversaciones con los nacionalistas que se iniciarán la próxima semana. "Va a presentar, un proyecto de gobierno con el marco europeo como fondo, de lucha contra la crisis económica y de renovación política, donde se incluye el desarrollo autonómico y la reforma del Senado como cámara de representación territorial. A partir de ahí, pedirá la colaboración de los nacionalistas hasta dónde pueda llegar".

Medios socialistas próximos al presidente del Gobierno en funciones creen que "la apuesta puede ser atractiva para los nacionalistas". "Esta legislatura se va a desarrollar en un momento histórico, de auténtica apuesta por el futuro de Europa, en la que se tiene que producir la salida de la crisis económica, la configura ción del Estado autonómico en la que se transformará el Sena do, y en el caso más específico de Euskadi, el final del terrorismo. Participar activamente en estas tareas puede ser muy positivo para un proyecto nacionalista democrático", añaden las fuentes consultadas. Paralelamente, el proyecto de Felipe González encuentra dificil la posibilidad de pactos con Izquierda Unida (IU), particularmente con su coordinador general, Julio Anguita, por sus desacuerdos sobre el papel de España en Europa. El propio González lo reconoció el viernes, aunque también admitió que hablará con este partido, con el que no descarta alcanzar acuerdos concretos.