Menú de gloria con postre celeste según indicaciones del cura tabernero

El parco menú que se servirá al Santo Padre en el único almuerzo que le servirán las monjas en la nunciatura sólo se verá enriquecido por el postre: una tarta de bizcocho y crema inglesa pondrá el broche a una sencilla carne asada con verduras. "Todavía tengo que preguntar qué vino le vamos a poner", dice sor Josefina, la religiosa encargada de la cocina; "seguramente un rioja". Nadie le ha dicho que el Papa tenga que hacer régimen, así que le va a preparar una comida suculenta, aunque muy casera.Para comenzar el día con energía según la costumbre de Karol Wojtyla, las monjas le darán café con leche, pastas y frutas, lo mismo que desayunan ellas. Las cenas -ligeras- serán a base de sopas y pescados."El lunes le voy a comprar unos lenguaditos", decide sor Josefina. "Seguro que lo agradece, porque en Italia el pescado no es muy bueno", piensa la hermana.

Un poco de vino

El restaurante que proporcionará la comida en la sede de la Conferencia Episcopal el miércoles no servirá platos complicados. "El Papa es un hombre nada sofisticado respecto a las comidas, de gustos caseros", manifiesta el padre Lezama, aunque nunca han compartido mesa. "Un poco de vino sí tengo entendido que toma".

El domingo pasado aún no le habían comunicado el menú que le va a preparar a Karol Wojtyla. Ya se ha decidido que se va a servir un plato de pescado, una carne y una tarta, aunque la Conferencia Episcopal no facilitó ayer a este diario ningún dato adicional.

"Si me dejasen elegir a mí, que no me van a dejar", dice Lezama, "le daría un buen gazpacho o un ajoblanco, porque seguro que hace calor. Como buen vizcaíno, es un entusiasta de la merluza en salsa verde, "con su perejilito bien picado". Un cordero lechal, para dar contundencia a la mesa, "y de postre", continúa el tabernero religioso, %qué le pondríamos de postre?". "Pues un tocino de cielo", bromea.