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GUERRA EN LOS BALCANES

Rusia se resiste a concretar su oferta de enviar tropas de interposición a la antigua Yugoslavia

Lluís Bassets

Rusia está más cerca que nunca de dar un vuelco al conflicto en Bosnia, mediante el envío de sus tropas Fiara asegurar la creación de las zonas seguras, para la población civil, pero por el momento su ministro de Exteriores, Andréi Kózirev, se mantuvo en una declaración general de intenciones y no hizo oferta alguna ayer ante sus socios del Consejo de Cooperación del Atlántico Norte (CCAN). Los 34 ministros y representantes de los países de la Alianza Atlántica y del antiguo Pacto de Varsovia apoyaron el nuevo programa de acción, mientras hacían severas advertencias contra Serbia y Croacia, en tanto arrumbaban prácticamente las referencias al plan de Cyrus Vance y David Owen.

Los miembros del CCAN consideran en su mayoría que la intervención en la ex-Yugoslavia ha traspasado la frontera del mantenimiento de la paz y se ha convertido en una operación de pacificación que puede llevar al enfrentamiento directo con alguno de los contendientes. El secretario general de la ONU, Butros Gali, aseguré ayer que ha recibido ofertas de varios países para enviar más cascos azules ala zona.Mientras tanto, el ministro ruso confirmó su disposición a contribuir con sus tropas en Bosnia, pero pidió un mandato más claro de las Naciones Unidas. Kózirev recibió presiones de sus colegas para que se comprometa más a fondo en Bosnia y convenza a sus amigos serbios de la aceptación del sellado de la frontera entre Bosnia y Serbia, con el objetivo de impedir los suministros a las milicias de Radovan Karadzic. Aunque algunos participantes expresaron una cierta decepción por la falta de resolución de Moscú, el secretario general de la OTAN, Manfred Wörner, aseguró que tenía muy buenas impresiones sobre la disposición rusa.

Los aspectos militares de la creación de zonas seguras han llevado a los aliados occidentales a traspasar la línea de separación teórica entre las operaciones de mantenimiento de la paz (peace keeping) y las de pacificación (peace making), según reconocieron distintas fuentes de la Alianza Atlántica. Todo está a punto ahora, en las nuevas condiciones, para que se produzca una acción militar de Naciones Unidas en defensa de las poblaciones civiles de Bosnia, en caso de que sufran una agresión militar.

Las fuerzas terrestres tienen órdenes de responder a los ataques dentro de las seis zonas protegidas y dentro de pocos días, diez posiblemente, una fuerza aérea que se calcula en 80 aeronaves, estará lista para apoyar la acción en tierra de las Fuerzas de Protección de las Naciones Unidas en la antigua Yugoslavia (Unprofor), a petición de la propia fuerza terrestre. Las milicias serbias y croatas deberán saber a partir de ahora que los nuevos avances que puedan realizar en los enclaves musulmanes encontrarán la oposición armada de las Naciones Unidas. Nunca hasta ahora la ONU había contado con la posibilidad de desplegar una amenaza como ésta, según insistían en subrayar las mismas fuentes, que se congratulaban de los notables avances realizados mediante el programa de acción conjunta firmado en Washington.

Fuentes españolas valoraban también la resolución de la OTAN que proporciona "medios de protección aérea en caso de ataque contra la Unprofor en el cumplimiento de su mandato global". Todas las dudas sobre el alcance de la cobertura fueron disipadas ayer: tal como aseguró el secretario de Estado norteamericano, Warren Cristopher, todas las fuerzas de Naciones Unidas serán protegidas desde el aire. Esto significa que también recibirán protección los españoles de Unprofor desplegados en Mostar, ciudad que queda fuera de las zona de seguridad.

Muerte del plan Owen-Vance

El plan Owen-Vance, en cambio, prácticamente ha desaparecido de la estrategia acordada por la OTAN en sus dos jornadas de trabajo con el secretario de Estado norteamericano. Christopher no lo ha mencionado, y el comunicado final lo hace de una forma tan ambigua que permite pensar que esta reunión puede haber supuesto su acta de defunción. Las zonas seguras "son medidas temporales hacia el objetivo de una solución pacífica y equitativa del conflicto por la aplicación de un arreglo negociado fundado en los principios del plan Vance-Owen", dice.

A juicio de Christopher la decisión más importante de CCAN fue la aprobación de un documento sobre el mantenimiento de la paz bajo mandato de la ONU, en el que este organismo de cooperación demuestra la voluntad de convertirse en un auténtico sistema de seguridad que pueda ir relevando así a EE UU de las tareas que había protagonizado en Europa en los últimos 45 años.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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