Obsesionado por ganar y ser el mejor

Drazen Petrovic, conocido como El genio de Sibenik, nació el 22 de octubre de 1964 en Sibenik, Croacia. A los cinco años empezó a encariñarse con los balones y a los quince, cuando ya medía 1,91, fichó por el Sibenka de Sibenik, equipo en el que debutó con 16 años en la Primera División yugoslava. Con el Sibenka alcanzó dos finales de la Copa Korac. En esas fechas la seleccción de su país, de la que formaba parte, se proclamó subcampeona en el europeo junior.En 1984, Petrovic fichó por el Cibona de Zagreb, equipo con el que consiguió sus mayores éxitos deportivos y donde se convirtió en la pesadilla del Real Madrid por su forma de jugar, su desparpajo y falta de respeto hacia los contrarios. Con el Cibona ganó tres copas de Europa y una Recopa. El Real Madrid, al constatar que no podía con su bestia negra, le contrató en 1988 tras lograr Yugoslavia la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Seúl.

En la temporada en que jugó en España, el Real Madrid ganó una Recopa de Europa. Pese a haber firmado un contrato por cuatro años, protagonizó una historia interminable: en ocasiones anunciaba que dejaba el Madrid y otras que se quedaba. Por fin, en agosto de 1989 se marchó a Estados Unidos para fichar por los Trail Blazers de Portland.

Durante las dos primeras temporadas en EE UU fue suplente en Portland. Al ver que no conseguía la titularidad y ser declarado transferible, fichó por los Nets de New Jersey. Allí se convirtió en un jugador imprescindible destacando como uno de los mejores extranjeros de la NBA. En la presente temporada, segunda en los Nets, estuvo a punto de ser el primer jugador extranjero invitado al partido de las Estrellas de la NBA. Al finalizar la temporada, Petrovic estudiaba la posibilidad de dejar EE UU y regresar a Europa.

En 1992 participó con la selección de Croacia en los Juegos Olímpicos de Barcelona y se adjudicó la medalla de plata tras caer derrotado ante el Dream Team norteamericano.