_
_
_
_
MADERA DE LEY

"Me metí aquí por las películas policiacas"

Francisco Peregil

El comisario marea tres cartas mugrientas en una mesa: "Con el dos pierde, con el caballo gana. Vueltas que le pego, vueltas que le doy, le tapo, le escondo, leveolemareo, le cambio, le coloco, en la punta, en el medio, la dejo, usted no lo ve, yo sí lo veo, siempre cambiándolo, aquí y en la Cava Baja, la vista es la que trabaja; siempre al caballo, en cualquier momento se lo cambio; trae ésta por aquí, la pongo por allá. A ver cuál es: éste. El dos me lo saco por aquí, ésta por allá. ¡Y cuidao, que me juego el pan de mis hijos y el whisky de mi mujer! Levante usted el caballo, caballero"

Más información
El primo pobre

.Imposible acertar. Sus colegas llaman al comisario Jesús García Ramos El Trilero; pero nunca se jugó el pan de sus hijos,. porque, entre otras cosas, el único que engendró murió con ocho meses de edad hace cinco años. Aun así, colecciona en los ojos un re pertorio de expresiones alegres tal vez aprendidas en una tarde oscura de Pirabos, bromas, guiños y zalamas.

Los Pirabos, trileros legendarios aún en activo de la Gran Vía, le introdujeron en los arca nos a base de ferias compartidas, y alguno hubo en el clan que, borracho, incluso retó al comisario a que descubriera dónde relinchaba el caballo. El alumno aventajado nunca acertaba. También vio a otro Pirabo en una feria de pueblo, con ojos amarillos de whisky, jugarse al trile la libertad contra un policía municipal, y ganarla de legal, sin pegamentos ni uñas largas.

De tantas correrías con los quinquis le quedan tres cartas sucias en la cartera y un libro que le editó la Dirección General de la Policía, de título,Lenguajes marginales, cubierta impresentable de amarillo horrendo y contenido exquisito. Editará otro volumen para incluir novedades en los apartados del caliente (argot del delincuente), drogata, talegario (carcelero), mangui (mendicidad) y cheli Gerga juvenil). La primera edición no tiene desperdicio: "María: caja fuerte. Maruja: caja de ahorros. Mullao:. crimen. Músico: carterista".

Así hasta más de 1.500 palabras, catalogadas en su jerga correspondiente, recabadas en las charlas de tú a usted que mantuvo con sus víctimas.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

No fuma, dice que no bebe y, de mujeres, sólo la suya, que encontraron en el hueco del hijo algo inconcluso para unirse aún más. ¿Charlas nocturnas con los colegas en los bares ... ? Pues sí, alguna, hombre, alguna, donde sus más de cien muchachos se atreven, cerveza en mano, pistola al cinto, a comentarle -el usted por delante- defectos y aciertos de la última redada antidroga. Suelen salir a colación los primeros gateos por el cuerpo.

Tenía 21 años -ahora ha incurrido en los 44-, la carrera de Magisterio -por presión familiar-, la mili hecha, y muchas horas, gracias al paro, para tragar pipas y películas de policía secreta. Quería deshacer intrincadas tramas de delincuencia organizada como sus héroes, siempre inmaculados de paisano. "Me metí aquí por las películas policiacas".

Pero una vez dentro del traje, en lugar de imitar a los intocables de Elliot Ness -versión primera-, la vista se le desvió hacia la Facultad de Filología.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Francisco Peregil
Redactor de la sección Internacional. Comenzó en El País en 1989 y ha desempeñado coberturas en países como Venezuela, Haití, Libia, Irak y Afganistán. Ha sido corresponsal en Buenos Aires para Sudamérica y corresponsal para el Magreb. Es autor de las novelas 'Era tan bella', –mención especial del jurado del Premio Nadal en 2000– y 'Manuela'.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_