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Ensayo general para una nueva Italia

De las elecciones locales de mañana dependen el Gobierno y la reforma institucional

La nueva Italia política que está surgiendo de una crisis degenerativa caracterizada como partitocracia tendrá un mapa más claro cuando mañana, domingo, se conozcan los resultados de unas elecciones locales - municipales y regionales- por las que casi 11 millones de italianos han sido convocados a las urnas. De este ensayo general de los comicios legislativos que, si todo fuera bien, deberían celebrarse el próximo otoño depende la reforma de la ley electoral, aún bloqueada en el Parlamento. Pero depende también el Gobierno que debería llevarla acabo.

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Son muchas las novedades que los italianos experimentarán hoy, como consecuencia de la reforma, legal introducida por vía parlamentaria el pasado 25 de marzo bajo la amenaza de que si las cámaras no terminaban su tarea los ciudadanos se encargarían de legislar indirectamente mediante el referéndum.La primera y más superficial es que, por primera vez en la posguerra, se votará sólo durante el domingo, y no hasta el mediodía del lunes, como ha sido costumbre en un país que arroja algunos de los índices de participación electoral más elevados del continente. Habrá que ver si, aun al precio de sacrificar la playa, se mantiene esa devoción por el voto.

Las consecuencias para el reparto del poder entre los partidarios de los sistemas electorales mayoritarios a un solo turno y proporcional con corrección mayoritaria a doble turno -en cierto modo las alternativas que definen el bloqueo parlamentario en torno a la reforma de la ley para las elecciones generales- serán visibles a través de un colectivo de 10.766.827 votantes.

El sistema electoral que hoy se estrena para las elecciones administrativas es, en efecto, mayoritario en los municipios con menos de 15.000 habitantes -salvo en Sicilia, donde se ha puesto el límite de 10.000, junto a otras particularidades- y proporcional en el resto.

En las unidades pequeñas se vota por un candidato a alcalde y la lista que lo sostiene, y sólo hay segunda vuelta en -el caso de que empaten dos candidatos. La lista del alcalde obtiene el 66% de los puestos del concejo, repartiéndose el resto proporcionalmente.

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En las ciudades grandes se puede votar solamente por un candidato a alcalde, o por el candidato y su lista, o por el candidato y una lista distinta de la que le sostiene. Para ser elegido alcalde en primera vuelta, el candidato debe obtener al menos el 50,01% de los votos. En el caso contrario y más probable se hará una segunda vuelta, prevista para el 20 de junio, en la que bastará la mayoría relativa. La lista que apoya al alcalde obtiene el 60% de los puestos del concejo.

Es inevitable mencionar estos farragosos aspectos técnicos, ya que en ellos se encuadra precisamente un experimento electoral de características realmente nacionales. Los comicios afectan a 20.000 secciones, que deberán renovar 1.230 ayuntamientos, seis concejos provinciales y una junta regional -la de Friuli-Venecia-Giulia- distribuidos por todas las regiones italianas, salvo la de Trento-Alto Adigio.

Valioso sondeo

El valor de estos comicios reside en su carácter de sondeo del voto sobre una muestra homogénea que incluye aproximadamente al 25% del electorado y de acuerdo con dos sistemas electorales distintos. Pero su significado de prospección política es aún mayor. Sobre todo en las grandes ciudades, donde casi ningún partido, salvo generalmente la Democracia Cristiana y, en su zona precisa de influencia, la Liga Norte, presenta candidatos propios a alcalde. El resto de los grupos, dado que las agregaciones son muy variables según las zonas, tendrán la posibilidad de comprobar si sus siglas funcionan electoralmente mejor asociadas a partidos de su derecha o de su izquierda, lo cual es importante en un momento de plena reorganización de las fuerzas.Baste ver, como ejemplo, lo que ocurre en las tres ciudades principales - donde se vota mañana -Milán, Turín y Catania-, y en tomo a la segunda formación más importante del actual Parlamento, el Partido Democrático de la Izquierda (PDS, ex comunista). En Milán, el PDS es el principal apoyo de Nando Dalla Chiesa, hijo del general asesinado por la Mafia en 1982 y diputado de La Rete, que concurre también con el sostén de su grupo, de Refundación Comunista, y de los verdes.

En la vecina Turín, el PDS apoya, en cambio, a Valentino Castellani, candidato de republicanos, verdes, de grandes empresarios como Umberto Agnelli y de intelectuales como Gianni Vattimo, precisamente en contra del candidato local de La Rete, Diego Novelli que fue alcalde comunista de la ciudad en los años setenta y gran favorito en estos comicios.

En Catania, coincide nuevamente con los republicanos y verdes en apoyo de Enzo Biancol ex alcalde antimafia de la ciudad en los años ochenta, que se enfrenta sobre todo a Claudio Fava, hijo de un periodista catanés asesinado por la Mafia y diputado de La Rete.

Mención especial merecerán los resultados de la Liga Norte, cuyo líder, Umberto Bossi, ha dicho que dimitirá si sus candidatos fracasan tanto en Turín como en Milán, según parece probable.

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