Indiferencia de los serbios ante el procesamiento del líder de la oposición
La detención hace tres días del líder opositor Vuk Draskovic, tras unas violentas manifestaciones, no ha movilizado a la población Serbia. Tanto Draskovic como su esposa Danica han sido acusados por un tribunal de la prisión central de Belgrado de haber intentado derribar el orden constitucional yugoslavo. Según el abogado Borivoje Borovic, si las acusaciones formuladas prosperan Draskovic podría afrontar penas de entre 10 y 15 años de prisión. El presidente griego, Constantino Mitsotakis, pidió ayer a su homólogo serbio, Slobodan Milosevic, que liberara a Draskovic.Aunque las patrullas de policía ocupan prácticamente todas las esquinas del centro de Belgrado a título preventivo, ninguna protesta ha sido convocada hasta ahora. "Estamos decepcionados por la ausencia de apoyo de los demás partidos de oposición, que sólo nos brindan apoyo moral" aseguraban ayer en la sede del Partido de Renovación Serbia (SPO).
Los dirigentes del partido, desorientados tras el encarcelamiento de Draskovic, aseguran que si las autoridades serbias cumplen con su amenaza de prohibir este partido por violar la Constitución podrían seguir funcionando en la república de Montenegro.
Cuatro días tardaron los miembros de la Academia de Artes y Ciencias Serbias y el Pen Club en condenar tanto el golpe parlamentario utilizado para destituir al presidente yugoslavo, Dobrica Cosic, escritor de profesión, como la paliza infligida a Vuk Draskovic, también conocido escritor.
"En un momento en que es imposible enumerar todos los problemas que afligen a Serbia y Yugoslavia, asombra la eficiencia y la rapidez con las cuales el partido gobernante realizó esta acción. Es evidente que la única meta de los gobernantes serbios es mantenerse en el poder" afirmaron finalmente los miembros del Pen Club.
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