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'Zafarrancho en Cambridge', basada en la obra de Tom Sharpe, en La 2

Comedia satírica, un punto disparatada, de la vida académica en un college imaginario del vetusto y venerable Cambridge. Así puede describirse la serie de Channel Four Zafarrancho en Cambridge (Porterbouse blue, en el original), que recrea la obra de Tom Sharpe. Son cuatro episodios que el segundo canal de Televisión Española comienza a emitir este miércoles, a las 23.00, después de la serie Los cuentos de Borges.

Que Tom Sharpe disfruta de una enorme popularidad en todo el mundo es fácil de comprobar tan sólo con observar los puestos que consiguen sus libros en las listas de éxito de la mayoría de los países donde se publican. No es de extrañar, pues, que Zafarrancho en Cambridge saltara a la pequeña pantalla con audiencia asegurada. No menos de cinco millones de espectadores siguieron en el Channel Four esta comedia de humor negro, a la que la crítica tampoco regateó méritos.Malcolm Bradbury, autor de la versión televisiva, fue fiel al autor de las historias de Wilt y de títulos tan conocidos como El temible Blott o Reunión tumultuosa. La vida académica es en esta novela una parte del todo. Una forma de abordar el tema más general de la vida y costumbres inglesas y diseccionarlas con resultados tan divertidas como los conseguidos por Sharpe. El autor inglés, es bueno recordarlo, fue educado precisamente en un colegio de Cambridge, donde fue también profesor antes de dedicarse a la literatura.

Grotesco

La dimensión grotesca del relato, incluidos episodios como el de la lluvia de condones de gas sobre el patio del colegio, es potenciada aquí por un elenco de actores -David Jason, John Sessions, Griff Rhya Jones-, que pertenecen a una tradición de comedia irreverente y provocativa, que tiene más parentesco con el humor de club nocturno que con la sitcom (comedia de situación) tradicional.lan Richardson interpreta al rector del ficticio colegio de Cambridge donde tiene lugar la peripecia. Es una institución inmovilista y rancia, un college que ha vegetado durante cinco siglos sin perder ni una de sus más deleznables costumbres, incluida la viciosa molicie, que es causa de la mayoría de los fallecimientos -porterhouse blue es el nombre por el que es conocida tal enfermedad- entre las personas de cierta edad.

Sus aristócratas alumnos no dan golpe, ni falta que les hace. Sus padres compran los títulos de sus incapaces vástagos. Pero el nuevo rector, un ex político destinado a un retiro temprano, trae vientos de reforma: ya que no ha podido promover el cambio social en su carrera política, decide cambiar las tradiciones de su antiguo colegio. Como era de esperar, la reacción es virulenta, capitaneada por el portero de la institución, Skullion, interpretado por David Jason, que es, como personaje, un clásico imprescindible en la obra de Sharpe.

Skullion es despedido tras un bochornoso incidente -la explosión producida por cientos de preservativos acumulados en la chimenea del cuarto del estudiante Lionel Zipser, que encarna John Sessions. Lo que viene después no hará sino demostrar el inmenso poder de la inercia inmovilista en el cambio en Porterhouse y la capacidad de la institución para desbaratar cualquier intención renovadora.

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