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Conde pide insistentemente a los socios de Banesto que acudan a la 'macroampliación' del capital

El presidente de Banesto, Mario Conde, pidió ayer insistentemente a todos los accionistas que acudieron a la junta general ordinaria de la entidad que apoyen sus planes de futuro como una muestra de confianza en el banco y en la economía española. Conde consiguió el respaldo mayoritario en una tumultuosa junta, de más de cuatro horas y media de duración, en la que se confirmó que no se pagará el dividendo complementario correspondiente al ejercicio de 1992. Además, los socios de Banesto aceptaron la macroampliación de capital, por la que tienen que renunciar a parte de sus derechos de suscripción de acuerdo al plan diseñado por su nuevo accionista, el banco estadounidense JP Morgan.

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Mario Conde hizo un discurso de una hora y 21 folios. Más de la mitad del tiempo lo dedicó a la obtención de recursos financieros por un máximo de 130.000 millones en tres tramos (ampliación de capital por 53.000 millones a un precio de 1.500 pesetas por acción, otra ampliación a 1.900 pesetas reservada a, un grupo de inversores por lo que los accionistas tienen que renunciar a sus derechos y una emisión de bonos convertibles). Al menos una docena de veces apeló a la conciencia de los accionistas para que suscribieran, la ampliación y asumieran el recorte de dividendos (,solamente cobrarán el que se concedió a cuenta por 95 pesetas, frente a las 205 pesetas totales que se pagaron en 1991). "Seguiremos con una política muy conservadora en materia de dotaciones y de dividendos. Si realmente necesitamos capital y tenemos conciencia de la situación de la economía, no cabe más alternativa que ser prudentes", afirmó.Las últimas palabras del discurso fueron lo suficientemente expresivas para reflejar la situación por la que atraviesa Banesto. "Les pido que sacrifiquen rentabilidades de presente por expectativas razonables de futuro", dijo dirigiéndose a los más de 3.000 accionistas.

"Nunca les hemos pedido dinero para financiar las inversiones que reclamaba el atraso competitivo de Banesto", subrayó, "hoy lo hacemos porque creo que ya hemos ganado la batalla por el futuro. Yo les pido que inviertan y que suscriban como una muestra de, confianza en Banesto y en la economía española. Otros inversores ya lo han hecho porque ya se han comprometido. Yo también. Ahora les toca a ustedes".

La llamada de ayuda se encontró con el rechazo de varios pequeños accionistas -entre ellos una representación de UGT- que acudieron a la junta con argumentadas intervenciones. De las 20 que hubo, más de la mitad fueron críticas y un importante número especialmente duras. Los accionistas Victoria de la Muela, de la que Conde aseguró que había comprado 50 acciones una semana antes, y Patrick Maunder sacaron a relucir algunos datos del banco: morosidad más alta de la media (6,8%); excesiva deuda en el interbancario; los ratios más pobres de los grandes bancos; fracaso en sus intentos de salir a los mercados internacionales; retraso a la hora de acudir a las guerras del activo y del pasivo; el anuncio de que la agencia Moody's rebajará la calificación del banco... Ambos propusieron una asociación de pequeños accionistas y facilitaron el mismo teléfono para llamar.

Asociación de accionistas

A preguntas de este periódico aseguraron que actuaban de forma independiente. Otro accionista-, Eduardo Cocho, pidió su dimisión y la del consejero-delegado, Enrique Lasarte, y le recordó los resultados del primer trimestre: beneficio cero en la matriz y 808 millones de beneficio bruto en el grupo.Tras las diversas intervenciones quedaron varias preguntas en el mesa de Conde: ¿Sabrá Banesto rentabilizar los recursos obtenidos en esta ampliación? ¿A qué van a destinar los recursos? ¿Qué tiempo se van a mantener en el capital los fondos que invierten? ¿Quién va a dirigir, Conde o J,P Morgan? El vicepresidente de J P Morgan, Roberto Mendoza fue nombrado ayer nombrado consejero de Banesto. También se pidió que los. miembros del consejo recortasen su remuneración en línea con la austeridad que se pedía a los accionistas.

Conde apenas respondió a las preguntas. Sí aclaró que en 1992 el consejo redujo su remuneración en 400 millones hasta 950. Posteriormente, en conferencia de prensa, añadió que el fondo Corsair (gestionado por JP Morgan) y Mario Conde tienen la voluntad de mantener cinco años su inversión, aunque sólo se comprometen a dos. Los otros inversores -José Roquette, el fondo de pensiones de General Electric y la aseguradora Northwestern Mutual- no tienen compromiso. Conde precisó que no descarta fusionarse con el banco portugués Totta_y Açores, en el que controla -directa e indirectamente- cerca del 50%. Asimismo, destacó que el banco continuará las desinversiones industriales que no sean estratégicas.

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