Preocupación

En relación con su editorial del 13 de mayo de 1993 (Mentira), desconozco el contenido de la famosa entrevista, pero como lector habitual de ese periódico observo con preocupación el tratamiento escaso y tendencioso que se da a las informaciones sobre Izquierda Unida y su coordinador general.Sólo merecen su atención informativa los aspectos criticables (confección de las listas en Madrid, discrepancias *entre mayoría y renovadores, que trasladan incluso al sindicato CC OO). El tratamiento de la información es, con frecuencia, despectivo: señalar el escaso número de asistentes a mítines, reproducir frases de grueso calibre de algún dirigente, etcétera, que parecen contribuir al desprestigio y que no usan con respecto a otros partidos o formaciones políticas.

En los artículos de opinión destaca el tono monocorde, crítico y personalizado, rozando el insulto, cuando en otras ocasiones ha habido una cierta alternancia de críticas y opiniones favorables, como ahora hacen con los dos partidos mayores. ¿Entre sus editorialistas no hay ninguno capaz de destacar los aspectos positivos -y tiene que haberlos- en el programa de IU?

Ni la información parece ajustarse al código de Redacción que ustedes exponen ni la opinión parece ajena a una decisión cupular de atacar a esa formación política.

Es lamentable que un periódico de calidad técnica y repercusión social no se atreva a, manifestar públicamente su opción y, tras la tapadera de su calidad, se dedique a cargar las tintas contra una formación política -la tercera del país- que disputa con honestidad y claridad el espacio político a la opción preferida de ustedes.

Los métodos de la prensa también son criticables, y sin duda mi crítica, y quizá la de otros muchos, respecto de su periódico tenga una consecuencia inmediata: dejar de comprarlo.-