La familia de la joven secuestrada sigue sin saber si Anabel está viva

Cinco semanas después del secuestro de Anabel Segura, sus padres siguen sin saber si la joven está viva, ya que ninguna de las dos bandas que dicen tenerla ha facilitado ninguna prueba clara sobre ella, según indicó ayer el portavoz familiar, el abogado Rafael Escuredo. En las cuatro ocasiones en que la familia ha intentado entregar el rescate, los secuestradores no han aparecido.

Durante estas cinco semanas, la familia ha recibido una decena de llamadas provenientes de dos grupos distintos. Uno de ellos reclama 150 millones de pesetas de rescate, y el otro, 80 millones.Según Escuredo, ex presidente de la Junta de Andalucía, la familia no se fía de ninguno de los dos. "Mientras el grupo que la tiene no nos envíe una prueba concreta, difícilmente podremos saber cuál es el auténtico y con cuál negociar. Los dos bandos exigen, cada uno por su lado, que primero se pague el rescate y que después liberarán ala joven.

La familia de Anabel tiene el dinero y está dispuesta a pagar al margen de la policía, por lo que suplican a los auténticos secuestradores que ofrezcan una prueba y busquen cualquier medio de contacto alternativo.

Según Escuredo, la familia ha intentado en varias ocasiones entregar el dinero en el sitio apuntado por los secuestradores, si bien éstos nunca se han presentado. De ahí "la duda" de que Anabel esté retenida realmente por alguno de estos grupos. "Eso me hace profundizar en la convicción de que ninguno de ellos son los auténticos secuestradores", afirma el ex presidente del Gobierno andaluz.

Autopsias

El primer avance de las autopsias practicadas al asesor financiero Baltasar Egea García, su mujer y su hijo, "no revelan nada raro", salvo que fallecieron por arma de fuego, según indicaron ayer fuentes jurídicas próximas al sumario. Egea se suicidó de un disparo en la cabeza en su casa de la urbanización de lujo El Soto de la Moreleja, en Alcobendas, después de matar a tiros a su esposa y a su único hijo, de 17 años.