Amplios poderes de la policía francesa para identificar a cualquier persona
"Se trata de facilitar el trabajo de la policía", explicaba ayer, tranquilizador, Nicolas Sarkozy, ministro del Presupuesto. Para el Sindicato de Magistrados es "un retroceso del derecho de los ciudadanos que afectará, prioritariamente, a aquellos que han sido designados como principales responsables de los conflictos: los extranjeros". El ministro de Justicia francés, el centrista Pierre Méhaignerie, presentó ayer ante el Gobierno su proyecto de ley para autorizar a la policía a controlar la identidad de "cualquier persona, sea cual sea su comportamiento".
El ministro de Justicia, Charles Pasqua, había expuesto hace pocas semanas sus quejas ante, el Parlamento: "Es casi imposible realizar controles preventivos de identidad, ya que los mismos exigen que las personas controladas mantengan un comportamiento casi delictivo,'.El nuevo texto de la ley defendido por Méhaignerie precisa que la identidad de la persona podrá ser controlada "sea cual sea su comportamiento", precisión que pondría fin a la jurisprudencia creada por el Supremo que, en 1992, a raíz de un juicio célebre, desestimó como argumentos que justificasen el que los ciudadanos tuviesen que identificarse, el "ambiente" o la "amenaza potencial".
El proyecto de ley permite al procurador de la República ordenar cuantos controles de identidad quiera, y favorece aún más los mismos en los 30 kilómetros vecinos a una frontera con uno de los Estados "signatarios de los acuerdos de Schengen".
Después de la discusión de la conveniencia de imponer unos criterios restrictivos al acceso de la nacionalidad francesa, el Gobierno de centro-derecha completa, ampliando la esfera de la acción policial al margen de controles jurídicos, su política de conversión del extranjero en principal responsable de los males del país: tráfico de drogas, fraude a la seguridad social, delincuencia o paro.
Concesión a la derecha
Para Edouard Balladur se trata de una concesión al sector más derechista de la coalición en el Gobierno, una concesión de escaso riesgo debido a que la explosión migratoria aparece a los ojos de amplias capas de población como un problema que hay resolver policialmente. Algunos comentaristas creen que Balladur da ese hueso a roer a sus extremistas a cambio de que le dejen desarrollar sus proyectos de autonomía de la Banque de France, renegociar globalmente los acuerdos del GATT y privilegiar los aumentos impositivos sobre salarios y beneficios en detrimento de tasas o IVA.Hasta el momento, ninguna de las medidas del plan de austeridad del Gobierno de Balladur es realmente impopular o, cuando menos, sentida como tal, como lo prueba el que, en los sondeos, el primer ministro sea visto hoy por un 54% de los franceses como "la personalidad política que mejor podría presidir la República".
El sondeo, que aparece en Le Nouvel Observateur, relega a Jacques Chirac (38%) detrás de Delors (43%) y Simone Veil (39%). Según otro semanario, L'Express, próximo al actual Gobierno, Edouard Balladur también es mucho mejor candidato a la presidencia que Chirac, ya que superaría en 25 puntos a Michel Rocard en un enfrentamiento directo, mientras que Chirac le sobrepasaría tan sólo por 15 puntos.
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