Yeltsin convoca a las repúblicas para redactar una nueva Constitución
La guerra en torno a la nueva Constitución rusa se recrudeció ayer con la firma por el presidente de Rusia, Borís Yeltsin, de un decreto convocando para el próximo día 5 de junio una Conferencia Constitucional, encargada de redactar el texto definitivo de la misma. Según el plan presidencial, este foro se transformará en una Asamblea Constituyente, que será la encargada de aprobar la nueva ley fundamental, pasando por encima del Congreso de Diputados o Parlamento ruso. La Conferencia estará integrada por dos representantes de cada provincia y república de la Federación Rusa, representantes del presidente y de los diversos grupos parlamentarios, la mayoría hombres de Yeltsin.
El texto deberá estar preparado para el 10 de junio con el fin de poder aprobarlo el 12 del mismo mes, aniversario de la independencia de Rusia y de las elecciones presidenciales.Los asesores de Yeltsin no ocultan que piensan desafiar al Congreso de Diputados, el único órgano con facultades legales para aprobar la Constitución. Serguéi Shajrái, viceprimer ministro y uno de los autores del proyecto presidencial, dijo ayer que el Congreso "no tiene derecho a adoptar por su cuenta la nueva ley fundamental". Además, después del referéndum del 25 de abril, en el que Yeltsin y el Gobierno obtuvieron el apoyo popular, los actuales diputados "tampoco pueden cesar al presidente ni destituir al Gobierno". Mientras tanto, Yeltsin ahora tiene todo el, derecho a convocar una Asamblea Constituyente, según Shajrái.
El actual proyecto presidencial deberá ser corregido por un grupo de trabajo que se reunió por primera vez el martes y cuya composición definitiva fue ratificada y hecha pública ayer por Yeltsin. El grupo, que deberá presentar su texto corregido el 5 de junio a la Conferencia Constitucional, está integrado por 43 personas, en su mayoría afectas a Yeltsin.
Mientras tanto, Ruslán Jasbulátov, jefe del Parlamento y uno de los principales enemigos de Yeltsin, no permanece cruzado de brazos. Los intentos de aprobar la Constitución con ,,métodos no constitucionales", independientemente de quien provengan, "sólo pueden ser calificados como intento de golpe de Estado", afirma en un extenso artículo publicado ayer por Rossískaya Gazeta.
"Ha comenzado una nueva ronda de enfrentamiento político, en la que los problemas vitales de la sociedad se dejan a un lado y se propone centrar toda la atención en los Problemas de la Constitución", declaró ayer Jasbulátov en una conferencia de dirigentes de sóviets de las provincias y autonomías del país. No hay que caer en este luego político", advirtió, porque el principal problema continúa siendo la reforma económica.
Y Jasbulátov propone introducir grandes modificaciones en la política económica: el Ejecutivo debe renunciar "a la forzada y caótica privatización" de las empresas y bienes estatales, "tomar medidas eficaces para detener el empobrecimiento del pueblo", introducir "serias correcciones en el comercio exterior", "cambiar la política fiscal" y "reforzar el papel del Estado en la regulación de los procesos económicos", además de formar un Gobierno de "armonía nacional", cuyos ministros, todos, tengan el visto bueno del Parlamento.
Si bien es utópico pensar que Yeltsin pueda hacer caso de lo que diga Jasbulátov, está claro que ahora la tarea principal del presidente es aprobar la nueva Constitución. Si lo logra, las elecciones al nuevo Parlamento se realizarán este mismo año. Y ello significa que hay que prepararse ya para los comicios. Es decir, que no puede forzar transformaciones económicas que resulten en un mayor empeoramiento del nivel de vida de la población.
Por ello es dudoso que el economista liberal Yegor Gaidar vuelva al Gobierno para aplicar, como lo hizo el año pasado, una terapia de choque que puede costar votos vitales a los yeltsinistas.
Por su parte, el nuevo viceprimer ministro, Oleg Soskovets, celebró ayer su primera conferencia de prensa, en la que dijo que la incorporación de Rusia a la economía de mercado "debería ser menos dolorosa que en Alemania, Japón y Corea de Sur, porque Rusia es rica en recursos naturales".
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