10 asociaciones saludan a la primavera en la fiesta de los Mayos de Lavapiés

Diez asociaciones participaron ayer en la resurrección de la fiesta de los Mayos en el barrio de Lavapiés, que se celebraba en tiempos de Carlos IV en la pradera de Las Damas, hoy ocupada por las calles de la Fe, Salitre y Argumosa. Por unas horas, el casco antiguo volvió al siglo XVIII, con vecinos ataviados al estilo goyesco.

Amaya, de 11 años, de la peña La Simpatía, lucirá este año el título de maya y reina de Lavapiés. Esta mocita fue elegida ayer entre las nueve doncellas que, sent1das en tronos al pie de la iglesia de San Lorenzo, pugnaban por el galardón de la fiesta de los Mayos, recuperada hace cinco años para festejar la llegada de la primavera.Para Mario Elguera, El Chispero, estos vestidos con madroñeras, chalecos, carambas y terciopelos son los típicos y naturales trajes de Madrid, mucho más que los de castizo, estereotipados en las zarzuelas.

Además, en la plaza de Lavapiés, los visitantes pudieron recordar el baile más genuino de Madrid: el rondó, inmortalizado por Goya en sus tapices y representado ayer por los músicos y danzantes de la Asociación Francisco de Goya. La ronda también paseé con sus dulzainas por la calle del Salitre para cortejar con sus letrillas a cada una de las nueve mayas, impasibles y mudas, pero rodeadas por centenares de flores y decenas de mantones de manila.

Entre rosquillas, garbanzos torraos y vino de Arganda en porrón, la fiesta acabó con la ofrenda floral y veneración de la nueva maya, que ahora, según indica la tradición, deberá ser cortejeada por quienes la pretendan.