Aznar rehúye los micrófonos

EL PAÍS, Hasta el 12 de abril, cuando Felipe González anunció la disolución de las Cámaras, José María Aznar volaba en clase turista. Para los informadores, era fácil acercarse a él y hablar de cualquier cosa.

Con el adelanto de las elecciones parece haber llegado el cambio. Ahora vuela en un pequeño reactor alquilado, con sus escoltas y algunos colaboradores. "Para facilitar su regreso diario a Madrid, donde todas las mañanas tiene compromisos" explica el partido.

Pero no hay explicación oficial para la suspensión casi total de los contactos con los medios de comunicación. Se acabaron las ruedas de prensa por donde va el candidato. La presencia de los mícrófonos y grabadoras es tolerada con desgana.

La razón oficiosa es que el equipo electoral no quiere "en absoluto" convertir la campana en una serie ininterrumpida de respuestas de su líder a lo que digan o hagan Felipe González u otros dirigentes socialistas.

Sólo los fallos de organización han permitido hasta ahora romper la barrera protectora. Fue el caso de Ceuta, donde un café informal se convirtió sobre la marcha en una conferencia de prensa sobre el posible envío de más tropas españolas a Bosnia.

La ejecutiva del PP ratificó ayer la posición expresada allí por Aznar, que consiste en no desear el envío de más efectivos y, en caso de que el cumplimiento de los compromisos internacionales de España obligue a hacerlo, ofrecer "todo el respaldo a los soldados".