Si ganan
Bueno, como lleguen a ganar. Dice un amigo mío que lo tiene muy analizado, que la primera consecuencia del triunfo electoral será que a todos nos obligarán a volver con la primera mujer. Deberemos recuperar el sentimiento trágico de la vida y la noción del sacrificio purificador. ¿Se había usted quitado una losa de encima? Pues lo lamento: la responsabilidad llama a su puerta.Parece ser que cada primera mujer acudirá al antiguo domicilio conyugal a las siete de la mañana del día 7 de junio. Vendrá acompañada de un guardia civil y se instalará inmediatamente. Eso sí, procederá a hacer el desayuno; alguna ventaja tendría que tener la cosa.
Pero luego, Dios mío, todos tendremos que volver a salir a cenar en grupo los sábados por la noche, todos con nuestras primeras señoras, que tan mal se caían unas a otras. Deberemos recordar de nuevo la fecha en que nos hicimos novios hace 20 o 30 años, nos volverán a echar la bronca por la primera vez que nos pillaron en un renuncio o que nos fuimos a jugar al póquer con los amigos. Habrá que volver a cambiar todas las combinaciones de la caja y de las cerraduras de las maletas poniendo la fecha de su cumpleaños.
¿Y el suegro? Si aún vive habrá que ir a almorzar de nuevo los domingos a su casa.
Y todo por la equivocada utilización de un solo voto. Piénseselo, marido lector. De lo contrario será castigado a ver, tres veces por semana, el programa La máquina de la verdad con un nuevo presentador de lujo, don Francisco Umbral. Y a confesarse culpable.
Y además hay rumores de que, como ganen, la cárcel de Soto del Real no será construida en Soto del Real, sino en el templo de Debod (previamente arrasado), en el antiguo solar del Cuartel de la Montaña, cercano a la sede de los derrotados, en la calle de Ferraz.
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