El conductor que huyó tras matar a un peatón, condenado a dos años de cárcel y a 20 millones

Francisco Javier Hedo, el conductor localizado por la policia -dos años después de haber matado con su coche a un peatón y huir, ha sido condenado a dos años de cárcel -uno por imprudencia temeraria y otro por no ayudar a la víctima tras arrollarla-. También deberá indemnizar con 20 millones de pesetas a los familiares de David Olivar Castro, el peatón fallecido. Mario Alberto de Pablo, su acompañante aquel día, ha sido condenado a dos meses de prisión. El juez reprocha la conducta antisocial del condenado, que huyó del lugar dejando gravemente herido a Olivar.

Termina así -salvo que alguna de las partes recurra la sentencia- un accidente que ha tenido en vilo durante dos años a la madre de David Olivar. Manuela Castro se juró que la muerte de su hijo, de 20 años, no quedaría impune y que algún día encontraría al conductor que mató a su hijo y huyó dejándole moribundo en el paseo de Extremadura.Múltiples gestiones policiales (rastreo de talleres de chapa y pintura de la zona, indagaciones sobre los Fiat Uno de color blanco que hay en Madrid ... ) y una recompensa de un millón de pesetas, ofrecida por la madre del fallecido, han dado al final sus frutos.

El magistrado que ha dictado la sentencia, José Alberto Fernández Rodera, declara como hechos probados que, sobre las 5.40 del 24 de febrero de 1991, Hedo conducía ebrio con excesiva velocidad su Fiat Uno Turbo y "no se apercibió con la suficiente antelación" de la presencia del peatón David, que se hallaba detenido en la mediana de la carretera.

"A pesar de frenar a lo largo de 55 metros, le atropelló con la parte delantera del vehículo, levantándole por encima del capó, con un doble impacto, y despidiéndole hacia la calzada". El magistrado agrega que, tras el accidente, Hedo y su acompañante, de mutuo acuerdo, prosiguieron la marcha sin prestar atención al peatón, que murió cuatro días después en el hospital Clínico.

Fernández Rodera considera que Hedo no sólo conducía embriagado, sino también "bajo una absoluta falta de atención", y declara la responsabilidad civil directa, respecto a la indemnización de 20 millones de pesetas, de la compañía aseguradora.

La aseguradora ha tratado de alejar su responsabilidad argumentando que el procesado conducía ebrio. Además de los dos años de cárcel, Hedo ha sido privado del permiso de conducir durante otros dos años.

Otro conductor imprudente también ha sido condenado. El titular del Juzgado de lo Penal número 10 de Madrid, Carlos Vieites, ha impuesto cinco años de cárcel y el pago de 22 millones de indemnización al conductor que, saltándose cuantos semáforos se encontraban en rojo en su camino, sembró el pánico en varias calles de Madrid el 16 de abril de 1988. El condenado, José Luis Nogales Gómez, no sólo no se detuvo ante el alto de un agente de la policía que observó su conducción temeraria, sino que aceleró la marcha (sin respetar ninguna de las señales que se le ponían delante en el paseo de la Castellana y calle de Concha Espina) hasta que al final, en un cruce, se llevó por delante varios vehículos, en uno de los cuales viajaba la víctima.