Aznar reclama un pacto social y considera a González incapaz de llevarlo a la práctica
José María Aznar lanzó ayer en Cáceres un llamamiento para la recuperación del diálogo social y negó a Felipe González capacidad para conseguirlo después, dijo, de haber engañado a todos con la ley de huelga y no haber conseguido resolver nada. El candidato del PP, aclamado una y otra vez con gritos de "presidente, presidente" por una 4.000 personas que abarrotaron el mismo local donde Alfonso Guerra anunció su dimisión a principios de 1991, advirtió a los partidos nacionalistas que no está dispuesto a hablar de condiciones, sino de aportaciones para formar una mayoría tras las elecciones del 6 de junio. Por primera vez desde la convocatoria anticipada de elecciones, anunció: "Vamos a ganar y a gobernar España".
Aznar realizó un llamamiento a la recuperación del diálogo social como condición para restablecer la credibilidad de la política económica y la confianza en las posibilidades futuras de España. Pero ese objetivo no lo pueden conseguir ni un Gobierno socialista ni Felipe González, aseguró sin citar por su nombre al jefe del Ejecutivo porque en la tramitación del polémico proyecto de ley de huelga "han engañado a la oposición, a la opinión pública a los empresarios y a los sindicatos, han engañado a todos y no han conseguido nada. Así no es posible", concluyó.
En cambio en Francia, según el candidato del Partido Popular a La Moncloa, el nuevo ministro, Edouard Balladur, ha logrado sentar a sindicatos y empresarios en torno a una mesa y ponerles a hablar de soluciones para la crisis y el desempleo "en muy pocos días".
El presidente del PP hizo también una advertencia a la formaciones nacionalistas, a las que acusó de tratar de imponer condiciones para entrar en la formación de una nueva mayo ría. "Yo no pongo ninguna condición", replicó, "ni quiero que se hable de condiciones para estar o no estar en una mayoría. Lo que quiero saber es qué puede aportarse. Quiero que se hable de aportaciones y no de condiciones".
"Clima de miedo"
Aznar insistió en sus acusaciones al partido socialista de estar generando un clima de miedo a la victoria del centro derecha y dijo que no hay ninguna razón para el miedo, excepto entre los que temen perder el poder. "España no se enfrenta hoy a más riesgos que los de continuar con una política fracasada y un partido agotado", aseguró.
El candidato del PP pasó la jornada completa en Extremadura, a donde se desplazó en un pequeño reactor de seis plazas. Por la mañana, celebró en Badajoz un encuentro con unos 300 univesitarios y participó en un homenaje organizado por el partido a Luis Ramallo, cabeza de lista al Congreso por Badajoz y ex portavoz adjunto del grupo parlamentario. Por la tarde se desplazó a Cáceres para participar en el mitin.
Unas 4.000 personas abarrotaron el auditorio de San Francisco, la antigua iglesia de un monasterio en el centro de la ciudad restaurado como centro cultural. Varios centenares de personas tuvieron que quedarse fuera y seguir el acto a través de monitores de televisión. El auditorio fue el escenario a primeros de 1991 del anuncio de la dimisión de Alfonso Guerra como vicepresidente del Gobierno. La circunstancia fue aprovechada por el cabeza de lista al Congreso por Cáceres, Felipe Camisón, para recordar que algunos socialistas extremeños lloraron (gritos del público: "¡Que lloren que lloren!").
Después de Aznar, quien recibió las aclamaciones más entusiastas fue Luis Ramallo, uno de los pocos diputados que permanecen en el Congreso desde la legislatura constituyente, primero con UCD y luego con el PP. Ramallo se levantó en una ocasión de su asiento para estimular con los brazos los gritos de "presidente, presidente", dirigidos a Aznar, coincidiendo con una conexión en directo del Telediario de TVE.
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