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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Nacho Duato y el amor a la danza

Ayer fui a ver la actuación de la Compañía Nacional de Danza que dirige Nacho Duato.Por el camino iba yo comentando con mi amiga bailarina qué difícil iba a ser superar el contento de las últimas veladas en Nueva York, de las que destacábamos: el New York City Ballet, el Ballet de San Francisco y el Dance Theater of Harlem.

Todas estas compañías tienen un altísimo nivel, y aunque íbamos con ganas de hacer patria, recordábamos constantemente el buen hacer de los americanos. En esto cayó en nuestras manos la crítica que en este mismo periódico alguien hacía sobre el estreno del día anterior, y para no extenderme en calificativos sólo diré que era tremendamente destructiva.

Un poco decepcionados cruzamos la puerta del teatro Madrid, que es muy feo por fuera, pero muy bonito por dentro. A partir de ahí todo fue superior. Con la boca abierta como en el dentista, nos chupamos mi amiga y yo los tres actos que componían la velada. Qué bueno, qué bueno, qué bueno. Difícil sería el orden de prioridades en un conjunto de dieces. Qué buena la coreografía, la música, el vestuario, las luces, los efectos, el ritmo, los bailarines, la energía tan especial que destilaban y la armonía tanto artística como estética entre todos ellos y los elementos.

No sé si las influencias de Nacho vienen de su antiguo maestro Kylian o de Juanita Reina, el caso es que si esto es así, también es así que vivimos en un mundo de influencias y sabio es el que las utiliza con arte.

Disfrutamos como locos y salimos orgullosísimos del teatro. Después me enteré de que en todos los países que precedieron a esta presentación, público y crítica habían sido unánimes a la hora de alabar a la compañía.

Este periódico es muy importante y todo el mundo lo lee, seguro que en este día todos los bailarines y el propio Nacho tuvieron que hacer un ejercicio especial de atención y concentración para salir a defender la actuación después del jarro de agua fría que habían recibido sin venir a cuento.

Hay ciertas artes, como la música por ejemplo, en las que la nota periodística es un elemento a favor o en contra, pero uno, simplemente enchufando la radio, emite su propio juicio y decide si compra.

En el caso de la danza esto no es así, puesto que hay que coger el autobús, desplazarse y comprar la entrada. Por eso escribo esta nota.

Que nadie se quede en casa si decidió ir y no lo hizo por el juicio de esa crítica. Sería una injusticia al trabajo y al talento de Nacho Duato y de todos los bailarines de la compañía.

Sé lo que cuesta hacerse notar en el concierto internacional, y con esta compañía tenemos un instrumento de primer orden.

Ellos necesitan de nuestro apoyo y nosotros de su arte.

Por cierto, no soy amigo personal de Nacho Duato, y los únicos vínculos que nos unen son que nos llamamos igual y el amor por la danza.-

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