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ASALTO AL KREMLIN

Yeltsin degrada a Rutskoi y nombra a un centrista como responsable de las reformas económicas

RODRIGO FERNÁNDEZ El presidente de Rusia, Boris Yeltsin, degradó ayer a su vicepresidente, Alexandr Rutskói, de 45 años, al privarle de su coche oficial, de su escolta y de su médico personal, y anunció que próximamente le destituirá como responsable de Agricultura. Yeltsin mantiene un dificil equilibrio con esta degradación y el nombramiento ayer de Oleg Lóbov, de 56 años, un centrista moderado, como primer viceprimer ministro encargado de las reformas económicas.

Oleg Lóbov era segundo secretario del Comité Provincial del Partido Comunista de la URSS (PCUS) en SverdIovsk (hoy Yekaterinburgo), encargado de la construcción, cuando Yeltsin era primer secretario. Luego fue vicepresidente del primer Consejo de Ministros democrático ruso, encabezado por Iván Siláyev, y uno de los principales competidores del ex primer ministro Yegor Gaidar.Lóbov es un ex comunista que cuenta con buenas conexiones con la antigua industria soviética, en particular con la militar, y con sus cuadros técnicos y directivos. Se le considera un hombre de acción que no está a la altura, en términos intelectuales y políticos, de los retos económicos que hoy tiene planteados Rusia. Representa el viejo modo comunista de hacer las cosas en un momento en que el país necesita renovarse. Hasta ahora permanecía al margen de la política, y dirigía en Moscú un gabinete de expertos que analizaba proyectos de inversión. Se le considera tremendamente fiel a Yeltsin.

Por su parte, Rutskói será destituido próximamente como responsable de Agricultura al alinearse con los adversarios de Yeltsin, pero no piensa dimitir del cargo de vicepresidente de la República. Más aún, recientemente ha declarado que no está aún claro "quién sobrevivirá a quién". El conflicto con Rutskói se agudiza cada día más. Ayer fue privado de su coche y de su médico personal. "Su guardia oficial también. ha sido retirada prácticamente en su totalidad", declaró a la agencia Interfax Andréi Fiódorov, asesor del vicepresidente.

"Semejantes acciones caracterizan el nivel de las personas del entorno presidencial que inspiraron estas decisiones, y demuestran que recuerdan muy mal las lecciones del reciente pasado polífico", comentó Fiódorov, lamentando que "la mentalidad de secretario provincial del PCUS, teñida de colores democráticos", se hubiera impuesto una vez más.

Vladímir Titov, secretario de prensa de Rutskói, confirmó a EL PAS la información de Interfax y especificó -que ayer por la mañana se habían encontrado "con la sorpresa" de ver a Rutskói privado de servicios que le corresponden legalmente en función de su cargo.

La destitución de Rutskói como responsable de Agricultura -rama que le fue encargada por Yeltsin hace un año- no le deja sin trabajo: es miembro permanente del Consejo de Seguridad y dirige la Comisión Interdepartamental para la Lucha contra la Delincuencia.

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"Soy un vicepresidente que de hecho no tiene derechos ni fácultades", escribía ayer Rutskói en el diario Pravda. "El único derecho que poseo es mi libertad de pensamiento. Y es precisamente por expresar lo que me dicta mi conciencia, por hacer uso activamente de este derecho, por lo que constantemente me cubren de lodo; por mis opiniones y convicciones me acusan de traidor, de enemigo de la economía de mercado", se quejaba Rutskói.

El vicepresidente afirma que "los reformistas demócratas se lanzaron al abismo del mercado con los ojos cerrados, arrastrando tras de sí a los pueblos de Rusia", y de hecho llama a votar en contra de Yeltsin y de su reforma en el próximo referéndum del 25 de abril.

Por otro lado, Yeltsin rompió ayer definitivamente con el Tribunal Constitucional en una reunión con el presidente de esa institución, Valer¡ Zorkin, en la que le dijo que no confía en el tribunal que encabeza. "Le dije [a Zorkin] que durante el trabajo del IX Congreso de Diputados, y después de él, la autoridad del Tribunal Constitucional cayó por los suelos, y que no recurriré a él ni siquiera para la cuestión del cómputo de votos" en el próximo referéndum del 25 de abril, declaró Yeltsin ayer en una reunión con el Comité de Organizaciones Democráticas. El líder ruso se juega el todo por el todo en este plebiscito, pues ha prometido dimitir si pierde.

Yeltsin señaló que la resolución del IX Congreso "está en flagrante contradicción con la Constitución", refiriéndose al hecho de que los parlamentarios decidieron que para ganar en la primera pregunta del referéndum -"¿Confía usted en el presidente?"- se necesita la mayoría de votos del censo electoral. La ley de referéndum exige sólo la mayoría de los que concurren a las urnas.

Un grupo de diputados favorables a Yeltsin recurrió ante el Constitucional para que éste se pronuncie al respecto. Pero, en cualquier caso, Yeltsin dijo que después del 20 de abril promulgará un decreto por el que establecerá "que el cómputo de votos se debe hacer de acuerdo con la ley de referéndum".

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