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La economista Marjorie Grice-Hutchinson, doctora 'honoris causa' por la Universidad Complutense

Andrés Fernández Rubio

La importante aportación al pensamiento económico de los escolásticos españoles del siglo XVI, con Francisco de Vitoria a la cabeza, era un terreno poco explorado hasta que la economista británica Marjorie Grice-Hutchinson publicó en 1952 La escuela de Salamanca. El libro se ha convertido en referencia indispensable para el estudio de la historia de la economía en España, por un rigor y una agilidad, también presente en sus otras obras, que fueron destacados ayer por el economista Lucas Beltrán en la investidura de Grice-Hutchinson, de 84 años, como doctora honoris causa por la Universidad Complutense de Madrid.El acto se celebró en una austera sala del convento de Santo Tomás, en Ávila, y Grice-Hutchinson comenzó citando en su discurso a su maestro, el Nobel de Economía Friedrich von Hayek, con quien inició sus estudios sobre el pensamiento escolástico de los siglos XVI y XVII, en un intento de difundir "una justa apreciación de la obra de los viejos economistas españoles".

Beltrán recordó que Hayek había dudado de la certeza de la teoría de Max Weber sobre el origen del capitalismo. "El libro de Weber La ética protestante y el espíritu del capitalismo (1905) atribuía el nacimiento de este espíritu al calvinismo, que consideraba que la vocación religiosa del hombre consiste en trabajar tenazmente en el cuidado de sus propios negocios", dijo Beltrán. "Pero Hayek objetó: 'Mucho antes de Calvino, las ciudades italianas y holandesas habían practicado y los escolásticos españoles habían codificado las reglas que hacen posible la moderna economía de mercado'. Y Hayek confió la tarea de desarrollar esta idea a su distinguida discípula Marjorie Grice-Hutchinson".

El libro La escuela de Salamanca, editado en Oxford en 1952, indaga en la obra de los autores que sostuvieron la teoría cuantitativa del dinero, e intuye también a juristas y moralistas relacionados con la Universidad de Salamanca "que estudiaron el mercado y las condiciones necesarias para que los precios formados en él puedan ser considerados justos", dijo Beltrán, quien calificó tanto esta obra de Grice-Hutchinson como la publicada en 1978 Pensamiento económico en España (1177-1740) como fundamentales.

Grice-Hutchinson, que vino a España en 1951 y en la actualidad vive en Málaga, ciudad donde colabora con la universidad y se ha dedicado a actividades benéficas, sociales y culturales, dedicó buena parte de su discurso a recordar a Francisco de Vitoria. El renombre de este dominico lo convirtió en el fundador de una línea de teólogos, juristas y políticos que contribuyó a mantener la tradición tomista en el pensamiento económico.

"Es cierto que los doctores de Salamanca y sus continuadores consiguieron importantes avances en el terreno del análisis económico, sobre todo en el de la teoría monetaria", explicó Grice-Hutchinson. "Conservaron la tradición tomista en una época de transición, adaptando la doctrina antigua a la situación económica de su tiempo. Desarrollaron la vieja teoría del valor en su sentido subjetivista hasta formular una teoría nueva, unificadora, aplicable tanto al dinero como a las mercaderías. Relacionaron el alza en el nivel de precios con la llegada del tesoro americano y con el aumento crediticio producido por el comercio con el Nuevo Mundo, estableciendo por primera vez los fundamentos de la teoría cuantitativista del dinero. Formularon una teoría de los cambios extranjeros basada en la diversidad en el poder de compra del dinero en los distintos países. Finalmente, aunque no llegaron a relajar de manera específica la prohibición de la usura, ampliaron cada vez más de una forma indirecta el rigor de la posición escolástica anterior".

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