El presidente turco amenaza a Armenia con intervenir en su conflicto con Azerbaiyán
Turquía, fiel a su papel de hermano mayor de Azerbaiyán y, sobre todo, preocupada por su futuro geopolítico en el Cáucaso y Asia Central, lanzó ayer una nueva advertencia a Armenia: o su Ejército se retira del territorio azerí capturado en la ofensiva de hace 12 días o deberá atenerse a las consecuencias. Las posibilidades de que Turquía se vea súbitamente arrastrada al viejo conflicto por el enclave de Nagorni Karabaj crecen con las horas.
El aviso fue claro y sucinto. El presidente turco, Turgut Ozal, llegó a la capital azerbaiyana de Bakú con la promesa de que los turcos no van a quedarse de brazos cruzados frente a la agresión armenia. "Hacerse con territorio por la fuerza es totalmente inaceptable", declaró Ozal al poner pie en Bakú, en la última etapa de su gira por cinco repúblicas túrquicas de la extinta Unión Soviética. Al recibirlo, el presidente de Azerbaiyán, Abulfez Elchibey, no hizo mención alguna a la guerra con Armenia, pero sus conciudadanos se encargaron de anticipar lo que Bakú espera del mandatario visitante. A lo largo del camino del aeropuerto, en los mismos muros que glorificaban el socialismo científico hasta hace algunos años, el mensaje era inconfundible: los azerbaiyanos esperan que Turquía les defienda. La ofensiva armenia ha conseguido poner bajo el control de Yerebán, la capital armenia, el 10% de la república.Tras cinco horas de diálogo a puerta cerrada, Ozal dijo que la posición de Turquía permanece invariable en cuanto al apoyo a Azerbaiyán se refiere y acusó al Gobierno de Yerebán de tratar de formar "la Gran Armenia", un proyecto político que para la mayoría musulmana de Azerbaiyán suena a la creación de "un nuevo Israel" en el Cáucaso. Según fuentes diplomáticas, los azerbaiyanos van a tratar de que los turcos les faciliten material bélico. Turquía ya ha movilizado tropas en la frontera y su aviación realiza vuelos de reconocimiento con fines intimidatorios.
Testimonios escalofriantes
Sin embargo, nada ha hecho cambiar la estrategia armenia. Los últimos informes procedente de la aldea de Fizuli, en el sur, dan cuenta de nuevos preparativos militares armenios. Existen escalofriantes testimonios de la situación de los aproximadamente 60.000 refugiados del pueblo de Kelbayar, que cayó en manos armenias hace una semana. Mariam Karaiev, una refugiada de la aldea de Alamlak, declaró que vio cómo un combatiente armenio arrojó a un niño de meses a un precipicio durante la fuga masiva de civiles de la zona de Ganya. Un hombre que intentó detener ese asesinato fue abatido de un disparo, dijo. La ONU enviará hoy a la zona ayuda de emergencia.
En el confuso panorama no existe una cifra de víctimas de la última ofensiva armenia, pero fuentes médicas dicen que sólo en la ruta de escape de civiles azerbaiyanos se han recogido 62 cadáveres. Cerca de 60.000 personas han muerto en el conflicto que estalló hace cinco años.
La presencia del mandatario turco en Azerbaiyán pretende asustar a los armenios y, al mismo tiempo, enviar señales a Irán y a Rusia. Teherán ve el conflicto en su frontera norte como una amenaza su propia seguridad interna. Los rusos, a su vez, están tratando de recobrar influencia política en la antigua URSS. Precisamente, los ministros de Exteriores de Armenia y Azerbaiyán se reunieron en Moscú en la noche del lunes con su homólogo ruso, Andréi Kózirev, según la agencia Interfax. El contenido de las conversaciones no ha trascendido. En Bakú, las críticas por la! derrotas militares están poniendo en peligro la estabilidad del Gobierno.
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