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GUERRA EN LOS BALCANES

La OTAN vigila el cielo de Bosnia mientras los serbios bombardean de nuevo Srebrenica

HERMANN TERTSCH ENVIADO ESPECIAL, Aviones de combate de la OTAN comenzaron ayer, a las dos de la tarde (hora peninsular española), sus patrullas para imponer la prohibición de vuelos en el espacio aéreo de Bosnia-Herzegovina, en la primera intervención militar de la OTAN fuera de su territorio desde su fundación, en 1949. Pero las fuerzas serbias no tuvieron que desafiar ayer a los primeros cazas norteamericanos, holandeses y franceses que sobrevuelan el territorio bosnio para proseguir con éxito su ofensiva terrestre contra Srebrenica, último gran bastión musulmán en Bosnia oriental.

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El despliegue aéreo de la Alianza, Atlántica registró ayer el primer accidente apenas siete horas después del despegue de los aviones desde varias bases italianas. Un Mirage francés se estrelló en el Adriático, aunque el piloto resultó ileso. Un portavoz del Pentágono señaló en Estados Unidos que el accidente pudo ser ocasionado por fallos mecánicos en la nave militar de bandera francesa. El piloto fue recogido por un helicóptero de un buque francés que se encontraba en la zona.Dos pequeñas aldeas cercanas a Srebrenica cayeron en manos serbias en la madrugada de ayer estrechando aún más el cerco en el que unos 60.000 civiles musulmanes, según las últimas estimaciones, aguardan ya con desesperación y terror una inminente caída de la ciudad en manos serbias. La evacuación de civiles de Srebrenica se hallaba ayer paralizada y el número de convoyes terrestres, en marcha para suministrar alimentos a las numerosas bolsas de población bosnia que sobreviven en condiciones infrahumanas, se había reducido al mínimo.

La reducción se debía tanto a las nuevas prácticas de obstrucción en los controles serbios como a la escasez de bienes en los almacenes del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR). El almacén central en Metkovic, al sur de Bosnia, está prácticamente vacío y hasta el día 20 de abril no se espera la llegada de cantidades sustanciales de alimentos. Los vuelos de ayuda humanitaria a Sarajevo seguían paralizados ayer desde que hace tres jornadas los observadores militares de la ONU observaran una concentración de armamento pesado serbio en las cercanías del aeropuerto.

Al menos 56 personas murieron en Srebrenica bajo las granadas serbias pese al alto el fuego que el comandante en jefe serbio en Bosnia, Ratko Mladic, había prometido cumplir "incluso si se producían provocaciones de la otra parte". En el aeropuerto de Sarajevo, el jefe del Ejército bosnio, Sefer Halilovic, se negó ayer a negociar con MIadic pese a los insistentes esfuerzos en este sentido del comandante en jefe de las fuerzas de las Naciones Unidas (Unprofor) en la antigua Yugoslavia, el general sueco Lars Wahlgren. Halilovic manifestó que, mientras continúe la ofensiva serbia contra Srebrenica, no se sentará a negociar con los mandos serbios.

El líder de los rebeldes serbios en Bosnia, Radovan Karadzic, calificó de innecesaria e inútil la vigilancia del espacio aéreo bosnio por aeronaves de la Alianza Atlántica y sugirió que sus enemigos podrían atacar a algún avión de la OTAN para culpar a las fuerzas serbias. Karadzic aseguró que sus fuerzas "permitirán" la operación, al igual que insistió en que su Ejército respeta el alto el fuego en Srebrenica. El general francés Philippe Morillon, comandante de los cascos azules en Bosnia, confirmó la impresión generalizada de que la nueva medida internacional no cambiará en absoluto la situación sobre el terreno.

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'Cascos azules'

Las tropas de la ONU y en concreto las españolas desplegadas en las regiones surorientales de Bosnia-Herzegovina no han tomado medidas especiales de protección ante la nueva situación creada por la presencia de los aviones de la OTAN y el consiguiente aumento de las posibilidades de un incidente directo entre algún contendiente, especialmente los serbios, y las fuerzas internacionales.Karadzic había dado hace algunos días "garantías personales a las madres españolas" de que sus hijos no corrían peligro de ser atacados por sus fuerzas. Los mandos militares españoles en Medjugorje confían en que las relaciones de confianza que han logrado establecer desde noviembre con las tres partes implicadas en el conflicto, serbios, croatas y bosnios, no se vea afectada por esta medida tomada por el Consejo de Seguridad, según manifestaron ayer a este diario en esta localidad bosnia.

El ministro de Asuntos Exteriores de la actual Yugoslavia (Serbia y Montenegro), Vladislav Jovanovic, manifestó ayer que la actuación de la OTAN puede tener consecuencias imprevisibles y añadió en una entrevista a una televisión extranjera que su Gobierno no permitiría "la violación de su espacio aéreo".

Por otra parte, el príncipe Sadruddin Aga Khan, que fuera alto comisionado de la ONU para los refugiados entre 1965 y 1977, ha manifestado en un artículo en The New York Times que las Naciones Unidas son "la hoja de parra del genocidio serbio". En una durísima condena de la actuación de la comunidad internacional, Aga Khan añade: "Desde la capitulación de Chamberlain en Múnich, nunca ha dependido tanto el mundo de criminales de guerra". En su opinión, "individuos que debían enfrentarse a la justicia internacional y a la prisión han disfrutado de prestigio y atenciones diplomáticas al concurrir a reuniones de la ONU".

Demencia criminal en el enclave musulmán

Un total de 56 muertos bajo la metralla, hombres, mujeres, niños y ancianos, en tan sólo 40 minutos de "alto el fuego" garantizado con su palabra de honor por el general Ratko Mladic, comandante de las fuerzas serbias que asedian Srebrenica, son la respuesta al comienzo de la operación de vigilancia de la OTAN de la resolución de la ONU de prohibición de uso del espacio aéreo de Bosnia.Al menos 18 civiles habían muerto y decenas habían sido heridos en las horas inmediatamente anteriores en el asalto y conquista serbia de dos aldeas cercanas a Srebrenica que han cerrado aún más el cerco a esta ciudad condenada. El bombardeo masivo sobre las calles de Srebrenica, en las que se hacinan unas 60.000 personas llegadas de toda la región ante el avance serbio es el último episodio de lo que ayer un oficial de los cascos azules en Belgrado llamó "demencia criminal".

Para esta localidad de Bosnia oriental, toda la indignación internacional parece ya llegar tarde. Karadzic promete negociaciones y "oportunidad de acuerdos" y Mladic plantea altos el fuego y dice que los musulmanes de Srebrenica se bombardean a sí mismos. El mundo simula creerles.

Serbia volvió a advertir ayer que cualquier avión extranjero que sobrevuele su territorio será derribado, pero nadie sabe aún si también se refiere a un territorio en Bosnia que, como parte de un Estado soberano y reconocido por la ONU, ha sido ocupado por sus fuerzas y sus armas sin que la comunidad internacional haya hecho sino mostrar cierto malestar y mucha confusión. Los serbios arrasarán en los próximos días Srebrenica y centenares o miles de personas morirán por las bombas, el hambre o un éxodo insufrible.

Serbia y sus ejércitos tribales en Bosnia habrán acabado con una sociedad urbana más en los Balcanes. Belgrado y Pale podrán de nuevo reírse de la comunidad internacional que, tarde y mal, aplica medidas que demuestran que la fuerza militar es el único valor convertible en los Balcanes.

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