Amores imposibles en tiempos de odio
Apenas han conocido la Yugoslavia comunista del mariscal Tito y ya han crecido entre conflictos étnicos de crueldad inimaginable. Loma y Antonia tienen 18 anos, son croatas y se confiesan católicas. Hasta el curso pasado convivían en armonía con sus compañeros musulmanes y serbios en un instituto de Metkovic, al sur de Bosnia.Tras un año de guerra, de familiares y amigos muertos en los campos de batalla, el odio ha calado en estas muchachas alegres y risueñas, que visten pantalones vaqueros y suenan con las canciones de Sting. Tan normales como otras jóvenes cualquiera de un país europeo. "Los militares y los políticos son los culpables de la matanza, de esta barbarie. Todos se han vuelto locos", comentan.
Loma quiere ser economista y Antonia se inclina por el periodismo, pero habrán de buscar otro distrito universitario cuando terminen esta primavera sus estudios. La Universidad de Sarajevo vive el terror de las bombas desde hace un año. Sus vidas han quedado truncadas como las de centenares de miles de personas. Y cuando llegue la ansiada paz, las cosas ya nunca serán como antes. Loma, una morena de ojos vivos y mirada resuelta, resume lo que piensan muchos jóvenes en Bosnia. "Nunca más podré, aceptar a un serbio como amigo o como novio. Nunca más". "¿Por qué?", pregunta el periodista. "Los míos han muerto bajo sus balas".
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